Condena al profesor de la Academia que mató a un alumno por accidente
El Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 14 meses de prisión impuesta a un profesor de tiro de la Academia de la Guardia Civil de Baeza que mató de un disparo accidental a uno de sus alumnos durante una clase. Otras tres personas resultaron heridas en el incidente, ocurrido a finales de 2006.
El Alto Tribunal ha confirmado la sentencia impuesta hace unos meses por el Juzgado Togado Militar número 21. El instructor ha sido condenado por un delito contra la eficacia en el servicio con resultado de muerte y de lesiones por negligencia profesional. En román paladino: llevaba su arma reglamentaria cargada cuando tendría que haber vaciado el cargador. Los hechos se remontan al 1 de diciembre de 2006. El profesor, que tiene el rango de sargento, impartió tres clases de tiro instintivo para 36 alumnos junto a otro monitor. Les enseñaba un ejercicio consistente en sacar el arma corta reglamentaria y apuntar en el menor tiempo posible. Las dos primeras clases concluyeron “sin novedad”. En la tercera se produjo la tragedia. El instructor recibió una llamada al teléfono móvil y tuvo que ausentarse del aula. Incluso se marchó de las instalaciones de la Academia con el permiso de sus superiores. Antes de salir a la calle, “sacó el cargador vacío de munición de su pistola y colocó uno lleno”, según los hechos probados de la sentencia.
Poco después, el profesor volvió a las instalaciones para ver cómo se desarrollaba la tercera de las clases previstas para ese día y que era impartida por otro monitor. Sin embargo, se le olvidó cambiar el cargador antes de entrar en el aula. En un momento dado, decidió intervenir en las explicaciones de su compañero y se dirigió a los alumnos, que estaban dispuestos en forma de “u”. El profesor acusado sacó su arma reglamentaria. “Sin verificarla, ni recordar que tenía el cargador puesto, efectuó la práctica”, tal y como relata la sentencia. Es decir, apretó el gatillo. La bala alcanzó en el pecho al otro instructor, al que tenía justo enfrente, y lo atravesó. Resultó herido. El proyectil también impactó de lleno en un alumno, Jorge Francisco Martín-Vázquez Perea, un madrileño de 28 años, que murió prácticamente en el acto “por taponamiento cardíaco y rotura de cavidades cardíacas”.
El instructor de tiro quedó “sobrecogido” con lo ocurrido. Se llevó las manos a la cabeza y se le cayó el arma al suelo. La pistola volvió a dispararse y el disparo alcanzó a otros dos alumnos que estaban en la clase. Uno de ellos, de 25 años, sufrió una quemadura superficial. El otro herido fue una mujer de 20, a la que la bala alcanzó en el pie derecho. Los tres tuvieron que ser hospitalizados. El Juzgado de Instrucción de Baeza se hizo cargo de las investigaciones, aunque, poco después, se inhibió en favor de la jurisdicción militar. El primer juicio se celebró en octubre y el Juzgado Togado número 21 condenó al profesor acusado a 14 meses de prisión por un delito contra la eficacia del servicio con resultado de muerte y lesiones producido por negligencia profesional. Las partes recurrieron la primera sentencia ante el Supremo, que acaba de ratificar el castigo contra el acusado, por lo que la resolución ya es firme.
El sargento instructor condenado, natural de la provincia jiennense, “reconoció desde el principio su participación en los hechos y colaboró con las autoridades en todo momento para su esclarecimiento”, tal y como destaca la sentencia. Está de baja laboral desde el día de los hechos debido a una grave depresión. Tras el accidente, la Academia prohibió a los instructores trabajar con sus armas reglamentarias. En las clases se utilizan pistolas inutilizadas. Rafael Abolafia /Jaén