Comienzan las obras para evitar más derrumbes en la calle Unicef

El mal tiempo del invierno se cebó este año con los vecinos de la calle Unicef, que vieron cómo en poco tiempo se quedaban sin parte del acerado y la situación no hacía nada más que agravarse. Exigieron una solución inmediata y recordaron el peligro que sufrían si no se intervenía de forma urgente. La respuesta llegó este mes. Así lo confirmó el concejal de Urbanismo, Manuel López, que explicó que la Inmobiliaria Osuna es la que se encarga, desde hace unos diez días, de los trabajos en la zona. Se trata, como precisó, de una “solución provisional”. De este modo, una de las labores consistió en determinar de dónde viene el agua  que no deja de causar humedades y grietas, y es que, aunque cesen las lluvias, continúan las filtraciones. “El agua que produce los desprendimientos, y que ha llegado hasta la Avenida de Andalucía, viene del cerro de Santa Catalina”, afirmó. “En este caso, los perjudicados somos los vecinos, por los problemas con los que se encuentran; el Ayuntamiento, por el dominio público del agua, y la empresa Osuna, ya que en su parcela también tienen inconvenientes”, agregó.
Las obras provisionales continúan con la sujeción de la ladera, para lo que se colocan piedras, y con la restitución de la calle. Otra de las intervenciones  es el desvío del agua, para que no se vuelvan a producir los mismos problemas. Todo ello se abordó, como especificó Manuel López, con los técnicos municipales. “Calculo que en esta semana, o en la siguiente, se podrán terminar las obras de la calle Unicef”, añadió el edil que asimismo apuntó que, cuando comenzaron los trabajos, se mantuvo una reunión con los vecinos afectados de la zona, a los que se les dio traslado de todos los detalles. En sus palabras, vieron con buenos ojos esta solución. SILVIA RUIZ DÍAZ /JAÉN

Socavones y un escape de gas en solo un año
Los vecinos de la  calle Unicef aseguraron que, desde febrero de 2010, enviaron escritos al Ayuntamiento de Jaén para denunciar la situación que vivían y que se vio agravada, en el mes pasado, por el mal tiempo. En dos semanas desapareció parte de la acera y en su lugar quedó un enorme socavón. Las vallas colocadas por la Policía Local avisaron de que era imposible pasar por la zona. Lo que empezó como un pequeño corrimiento se tradujo en el corte de la zona de aparcamiento, en un escape de gas en febrero del año pasado y, por último, en el derrumbe de la acera.