En la lista socialista irrumpe también la gran esperanza del socialismo en el Santo Reino, Julio Millán, un mirlo blanco que aúna rodaje, conocimiento y juventud. Nadie quiere quemar su progresión y el “doblete” en la lista municipal y parlamentaria pretende dejar abiertos todos los caminos. Un 2x1 que, aunque con algo de emoción, contenta a todas las partes. Minutos de calidad para aumentar el rodaje de la perla. En el PP, las novedades llegan al final de la lista por más que en la mayoría de los negocios el género fresco se ponga delante. El hueco que deja Miguel García Anguita conlleva un lento plan “Renove” con el ascenso municipal y orgánico de Miguel Contreras y el as en la manga de Javier Márquez, cuyo silencio de las últimas semanas es más difícil de interpretar que los posos del café.

En las listas socialistas jiennenses no hubo sitio para imputados, pero el listón de Pedro Sánchez sube más alto. Aquí las encuestas son favorables, ¿se quedará en el maquillaje o habrá cirujía?

Quizás en el encuentro cercano con Rajoy —que le ha cogido gusto a lo de bajarse a Andalucía— el alcalde Fernández de Moya le haya recordado que él ya cumplió su promesa y deja todo encarrilado... Con la lentitud proverbial de los partidos en reaccionar a los cambios, llama la atención la inclusión de Ismael Sirio como número 9 en la lista del PP jiennense al Parlamento andaluz. El coordinador de Comunicación 2.0 del PP lleva la acción y la crítica política a la plaza pública virtual y su labor tiene premio. En otro terreno, también de proyección de lo que se cuece en la calle, el de las encuestas, el Estudio General de Opinión Pública de Andalucía subraya la irrupción de Podemos que resta a todos, pero que no rompe con el bipartidismo. En 6,1 cifra ahora la diferencia entre el PSOE y el PP. Aunque desde las filas populares se insista en el empate técnico. Se acabó una semana difícil para el PSOE andaluz y jiennense con la decisión del Tribunal Supremo de abrir investigación sobre los aforados Gaspar Zarrías y María del Mar Moreno a cuentas de la maldición de los ERE. Con estas mimbres y el órdago de Sánchez, la presidenta apostó por una semana introspectiva, la mirada solo en la región. Cualquier otra cosa era meterse en un charco de dimensiones gigantescas. Si entraba al capote de la actualidad socialista, malo, aunque no nos tiene acostumbrados a refugiarse en el burladero. Mide los terrenos, aunque quizá prepare un desplante de los que hacen afición. A ella le toca mover pieza.