Cayetano, Paquirri y Venegas cuajan una gran tarde de toros

Enrique Alonso / Villanueva del Arzobispo
Fue una corrida con mucho público,  con ambiente de toros y bonita. Mereció la pena. Rivera Ordóñez “Paquirri” y Cayetano toreaban juntos por primera vez en esta temporada y esto era un gran aliciente.

    10 sep 2011 / 09:27 H.

    De hecho, los hombres no eran clara mayoría en los tendidos. Se disfrutaba de un auténtico escenario de fiesta con la gente deseosa de ver espectáculo en la arena y entregarse a la emoción de la tauromaquia e, incluso, bailar al son de “Paquito el Chocolatero” entre toro y toro. Rivera Ordóñez “Paquirri” se mostró fiel a su estilo. Al primer astado lo sacó poderoso a la verónica con un ramillete de pases con el capote que dejó dos lances muy templados. Hizo un buen tercio de banderillas ante un animal al que había que llegarle mucho a la cara, que cerró con un par al violín. Con la muleta, tras un trasteo por bajo, comenzó a torear en redondo. Al toro había que esperarlo y “Paquirri” lo entendió pronto. Inició series con los pies juntos para después abrir el compás y construyó una faena con la mano a media altura. No obligó demasiado al animal. Acabó con desplantes, pases de pecho y enroscándose al toro para sintonizar con los tendidos. Le cortó las dos orejas. “Paquirri” comenzó el trasteo al cuarto sentado en el estribo. Luego, otra vez a media altura, interpretó dos series de derechazos en los medios. Al final, los muletazos eran de uno en uno rematados con desplantes toreros. Se le premió con una ovación porque usó mal los aceros.
    Cayetano hizo una faena muy bonita al quinto. Fue serena, elegante, con bellos pasajes, con transmisión y con chispazos de valor frío. Lo paró con gusto a la verónica y, después de brindar su muerte al público, se dobló poderoso y estético en un trasteo por bajo. Lo llevó largo en redondo con unos muletazos que, cada vez, eran más templados. Casi coge en un pase de las flores. Después, brilló al natural. Toreó muy bonito. Al final, dio cuatro estatuarios, en los que citó al toro muy corto. El animal le ayudó. Era bajito, pero con cara. Se lo pasó cerca. Algunos eran carteles de toros. Lo pinchó arriba y mató de estocada. Cortó las dos orejas, que se unieron a otra que consiguió en el segundo de la tarde. Este animal no fue tan fácil. Era anovillado y zancudo. Un toro muy alto -y con peso-, que fue el más feo del encierro.
    Cayetano lo toreó con gusto en el capote. En cambio, en la muleta hizo una faena a media altura centrada en el pitón derecho porque el izquierdo era complicado. Acabó metido entre los pitones. Cayetano fue estética pura, pero a veces dio la sensación de queda a merced del toro. Quiere mover el capote y la muleta de una forma tan bonita que, a veces, parece que lo hace de salón y queda descubierto. En ocasiones, los mueve tan bello que los engaños no torean y eso otros toros no se lo perdonarían.
    Si Cayetano hizo la faena más bonita, José Carlos Venegas fue el triunfador de la tarde. El público lo premió con cuatro orejas y rabo. Tiene muchas ganas de estar con los grandes y eso se nota en la plaza. A veces, hasta da la sensación de que puede atropellar la razón y, consecuentemente, que el toro se lo eche a los lomos, aunque es un precio que paga por “calentar” los tendidos. Se ciñó a la verónica con el tercero para, después, llevarlo al caballo con chicuelinas al paso. Brindó al público y dejó la montera encima de sus zapatillas como promesa de que no movería la planta. El toro se arrancó de lejos e hizo lo acordado. Le pasó muy cerca. Le dio distancia y el animal transmitía. Luego, lo dejaba reposar entre serie y serie. Lo enganchaba delante y lo llevaba largo. Además, bajaba la mano. Al final, se lo pasó por delante y por detrás. Llegaba a asustar a la gente en una faena emocionante que acabó con cuatro manoletinas. Consiguió los máximos trofeos. El sexto se mostró más deslucido y tuvo un pitón izquierdo difícil. Lo llevó largo en redondo y adornó la faena con molinetes y circulares invertidos. Acabó con emoción. Al final, todos contentos.


    PLAZA DE TOROS DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

    Ganado: Seis toros de Gerardo Ortega, que estuvieron bien presentados y, en general, dieron opciones para el lucimiento. Nobles y con fijeza. Al tercero, que se llamaba Verdolaga, se le premió con la vuelta al ruedo. El segundo y el sexto fueron más deslucidos.
    Toreros: Rivera Ordóñez “Paquirri”, dos orejas y ovación. Cayetano, una oreja y dos orejas. José Carlos Venegas, dos orejas y rabo y dos orejas.
    Incidencias: Más de tres cuartos de entrada en una tarde con ambiente festivo, de temperatura agradable y con muchas mujeres en los tendidos. Al finalizar el festejo, los tres matadores y el mayoral, Mario Gómez, salieron a hombros.