Cabrero Palomares “inunda” de nostalgia el pregón festivo
Uno de los ibreños ilustres de su pueblo, Francisco Cabrero Palomares, conocido por las calles de la villa como “Paco el de Cristi”, pregonó las fiestas en honor de la Virgen de los Remedios en una noche agradable y festiva. Lo hizo con un original discurso en el que alternó, como mencionaría el propio protagonista, sus dos “alter egos”.

El primero, con sus nombres y apellidos, se refirió al muchacho que dejó el municipio con vistas a un oficio de profesor fuera de la provincia. El segundo, que se identificaría por el mote y acento, recordó a la figura del niño que creció entre los edificios de la urbe y que se divirtió por los emplazamientos característicos del lugar. Las líneas fueron divertidas y entretuvieron a los vecinos reunidos en la Plaza del Ayuntamiento.
Cabrero Palomares, diplomado en Ciencias de la Educación y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, fue profesor en Bilbao —donde conoció a su mujer y tuvo a sus hijos— y Barcelona antes de trasladarse a Granada, donde reside actualmente y que le permite estar cerca de toda su familia, que vive en Ibros. Precisamente fue una de sus parientes la que estuvo presente en el pregón mientras la emoción “lo embaucó”. Su hermana Cati, ya fallecida, recibió palabras de emoción en un día tan señalado.
Las tradiciones de la ciudad, que venera a La Remediadora, ocuparon otro puñado de buenas palabras en el que se refirió a la música de la procesión. Como curiosidad, el pregonero se autodefinió como “ateo mariano”. “Soy un espécimen característico de aquí. A nuestra Virgen, que no nos la toquen”, dijo con orgullo. Más tarde comentó otras costumbres folclóricas típicas y relató la unión que existe en la villa.
Se trató de un juego de memoria para los asistentes, que se imaginaron la estética que el pueblo lucía décadas atrás en el tiempo y de los establecimientos que marcaron la infancia de generaciones ibrenses. Una de las que narró fue la siguiente: “Luis Guerrero era una tienda y vendía una onza de chocolate al precio de diez perras gordas cada una. Un día fui a comprar una, le di unas cuantas perras gordas y me dijo: ‘Cristi, te falta una perra gorda. Has traído solo nueve’. Yo le contesté que me las devolviera e iba a que mi madre me diera la que me faltaba. Pero él dijo: ‘Déjamelas, déjamelas’. De repente, cogió la onza y la mordió, a lo que me dijo: ‘Ya está, ya lo hemos arreglado’. Creo que me engañó porque se comió más de la mitad”. La anécdota gustó en el público, que también conoció la historia de los “empresarios del cine” a los que le hacía mucha gracia ver a los indios “correr al revés” cuando se rebobinaba la película o los carteles de los filmes en los que se apreciaban “la gachí y el gachón”, es decir, los protagonistas femenino y masculino. En esos momentos también describió el juego de peleas y enamoramientos que las juventudes del municipio vivían en esas épocas, siempre con esa doble personalidad y pequeñas bromas entre ambos.
actividades. Antes del pregón, sobre las cinco de la tarde, comenzó el pasacalles de cabezudos con salida y llegada en la Avenida de Andalucía. Hoy está previsto que haya otro, a las siete de la tarde y a las diez de la noche, la orquesta Tentación actúaen la Caseta Municipal.