Bailén, en estado crítico por la crisis en la cerámica

Silvia Ruiz Díaz /Jaén
El 'boom' del ladrillo se tradujo en las tierras bailenenses en una época de esplendor que muchos ni siquiera esperaban. Se apostó fuerte por la cerámica y empresarios y trabajadores del sector salieron ganando. Pero también sirvió para que en el municipio floreciera un gran movimiento que giró en torno al transporte.

    10 ene 2012 / 16:38 H.

     Bailén fue lugar de paso y supo comunicarse bien con otros territorios. También los hosteleros entendieron que había que apostar fuerte por la ciudad, y se crearon hoteles y establecimientos que daban cada vez más vida a la población. Pero, poco a poco, la casa se vino abajo y, desde 2008, empezó un tiempo de decadencia que hizo que algunos no pudieran seguir en el sector. Otros, intentan sobrevivir como buenamente pueden.
    El pesimismo reina en cualquier compañía, y es que muchas no saben qué serán de ellas en un futuro inmediato. José Martínez es el responsable de Ladrillos Bailén. “El sector se ha visto afectado de manera enorme, ya que a la drástica reducción de pedidos y actividad hemos de unir el hecho de que en años anteriores se acometieron importantes inversiones que han transformado las obsoletas fábricas de ladrillo en fábricas modernas y competitivas a nivel nacional y europeo, y que han aumentado de una manera importante sus producciones”, señala. “Tenemos el caldo de cultivo perfecto para una caída en los precios de los productos, disminución radical de la demanda y un incremento de la oferta. Ello ha contribuido aún más si cabe a empeorar la situación, puesto que se trabaja con unos márgenes que rallan la viabilidad, y en alguna ocasión ni la alcanzan”, continúa. La producción, según comenta, ha caído en un 30 por ciento, lo que supuso, en sus palabras, un incremento de los niveles de paro “muy importantes”.
    Solo con observar los datos del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) se vislumbra la situación por la que atraviesan los vecinos. El municipio cuenta con más de 18.000 habitantes, y a finales de año había 2.661 demandantes de empleo no ocupados, mientras que en noviembre llegó a los 3.119. El descenso tiene su explicación en la campaña de la aceituna. Sin embargo, si se compara con los mismos periodos anteriores, los datos fueron de 2.153 y 2.658 en diciembre y noviembre de 2010, respectivamente; 2.249 y 2.504 en los mismos meses de 2009; 1.660 y 1.857 en los de 2008, y 1.095 y 1.661 en los de 2007. De finales de 2007 a finales de 2011, hubo un incremento en el número de demandantes de un 143 por ciento.
    Miguel Ángel Lijarcio, gerente de Cerámica Bailén, también lamenta la mala situación. “La crisis nos afecta de una forma alarmante. Hemos llegado a un punto en que se vende al costo y, en algunas fábricas, por debajo de los costos”, apunta. “La producción bajó más de un 60 por ciento. Producimos a intervalos, y tenemos que parar”, señala, a la vez que precisa que su empresa ha llegado a tener más de 20 trabajadores del municipio y de poblaciones cercanas, mientras que ahora se “mantiene” con 8. “En los últimos años, además, muchas fábricas han modernizado sus instalaciones y, con el Plan de Calidad del Aire de Bailen, hicieron inversiones en filtro de manga y de polvo, y en el asfaltado de las instalaciones. Lo que ocurre es que, una vez hechas, en 2008 comenzó el declive, empezó la crisis y casi todos estamos acometiendo el pago de esas inversiones, algo que cuesta mucho trabajo”, continúa, e insiste en que la previsión para este año es que cierren “algunas más”.
    MALOS TIEMPOS. Detrás de ese declive, y como “la pescadilla que se muerde la cola”, entró el caos para otros sectores. El primero, el del transporte. Muchos llegaron al punto de vender sus camiones o reducir su flota y, de este modo, vino otro aumento del desempleo. Matías Espinosa lleva un año de transportista, junto con su padre, Rafael Espinosa, que es autónomo y socio de una cooperativa de transporte y ha dedicado toda una vida a este ámbito. “Yo era electricista y trabajaba mucho para las fábricas, pero con la crisis me quedé parado hace más de 3 años y me vino con mi padre. El transporte está lo mismo, ya que básicamente se dedicaban a llevar ladrillos por toda España”, explica. “Ahora tenemos que buscarnos la vida por otro lado, con otro tipo de mercancías, y trabajamos también para sociedades y empresas de otros lugares, como Andújar, La Carolina o Mengíbar”, afirma, y agrega que la época en la que se vivía tranquilamente y se ganaba bien en Bailén “ya se terminó”. “Ahora hay que moverse mucho para seguir adelante”, expresa, a la vez que manifiesta que en esa cooperativa antes había más de 50 camiones y ahora quedan alrededor de 30. “Hace 2 años, por ejemplo, solo quedaban 20”, apostilla. “Ha habido gente que ha tenido que vender el camión y buscarse la vida por otro lado, así como asalariados de otras empresas. Perdieron la inversión que en su día hicieron y la plaza que tenían”, concluye.
    La hostelería, que recibía grandes beneficios gracias a la cerámica, también entró “en coma”. Gabriel Archilla, presidente de la Asociación de Restaurantes, Cafeterías y Bares de la provincia de Jaén (Asostel), conoce a la perfección la situación por la que se atraviesa. “Cuando un sector tan importante en Bailén como el de la cerámica está como está, se nota en la hostelería”, apunta. “Hubo mucho trabajo cuando todas las fábricas funcionaban, y venían los técnicos para hacer revisiones, además de comerciales, expertos que llegaban para analizar la calidad del aire o los compradores de ladrillo. Todos debían comer y alojarse en un sitio y eso ya ha desaparecido”, confirma. Según sus datos, en relación con el “ladrillo”, la producción en bares, hoteles y restaurantes ha bajado en torno a un 40 por ciento en los últimos años. “Lo que movía la cerámica nos beneficiaba a todos los demás, y eso ya ha dejado de existir en Bailén”, concluye el responsable de Asostel.
    Este periódico intentó, sin éxito, conocer la visión del presidente de la Asociación Provincial de Ceramistas, Juan del Reino.

    Un centro innovador
    El Centro Tecnológico de la Cerámica de Andalucía (Innovarcilla) celebró, recientemente, una asamblea general ordinaria del patronato, en el que la fundación aprobó el plan de intervención y el presupuesto para este año, tal y como se informa a través de la página web de Innovarcilla. Uno de los principales objetivos de 2012 será la consolidación y el mantenimiento de la entidad como un centro referente en el sector y también se acordó su inclusión como miembro de la Asociación E2B, con el objetivo de apostar por la sostenibilidad y la eficiencia energética en la construcción y la internacionalización de la cerámica, según se desprende en el “portal”. Innovarcilla está compuesta por cuarenta y ocho patronos, de los que treinta y cuatro son empresas privadas fabricantes de cerámica estructural y artística, y tiene como gran finalidad ofrecer “el mayor apoyo posible al sector”, especialmente en innovación, desarrollo e investigación, así como implicar a las empresas en asuntos como el de la eficiencia energética.
    Por otro lado, se indica que desde el centro se tratan de dar las pertinentes soluciones a los asuntos que realmente preocupan a los profesionales y empresarios del sector de la cerámica y, en este sentido, generar una “dinámica informativa e investigadora” destinada para el desarrollo de este tipo de industria “a todos los niveles”. Otra de sus máximas es que los emprendedores deben apostar por las nuevas tecnologías en un oficio tan artesanal como el del barro, ya que resulta imprescindible para crecer o mantenerse en un futuro. En el centro tecnológico regional, como se añade, se dispone de “grandes profesionales” que buscan “soluciones a los problemas de los productos cerámicos” y estudian el caso personalizado de cada firma.