Aquellas lumbres

Las lumbres de San Antón son una de las fiestas populares jiennenses con más encanto. Que todo un pueblo se una en torno a una hoguera para convivir al calor del fuego y a compartir ricas viandas le dan un sabor inconfundible a una noche con un indudable sello popular. La memoria nos trae el recuerdo de la chiquillería que se afanaba por buscar “tirajitos” –restos de muebles o leña para prender en la hoguera- con el único objetivo de que la lumbre de su barrio fuera mejor que la del barrio vecino. Entonces aún se jugaba en la calle, una práctica que, hoy por hoy y por desgracia, está en peligro de extinción. En aquellas vísperas de San Antón, los vecinos compartían risas, rosetas y un buen trago de vino en sana hermandad. Hoy, con un poco de suerte, conocemos al vecino del piso de enfrente, pero con la mayoría ni hemos cruzado palabra y sólo los hemos visto en la reunión de comunidad. Ni hablar ya de los que viven en nuestra calle… Por eso, y salvando, las distancias, la fiesta de San Antón es un buen momento para compartir con los conciudadanos. Una oportunidad marcada por la tradición que, además, nos permite hacer barrio y, en definitiva, hacer ciudad.

La frase del día: “Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir”. Alberto Lleras Camargo (1906-1990) Político, periodista y diplomático

    14 ene 2009 / 12:50 H.