Apuesta institucional para mejorar la acogida a temporeros
Las instituciones no están dispuestas a que el tremendo drama de los temporeros, con la magnitud que alcanzó en la pasada campaña de recogida de aceituna, vuelva a repetirse. Esa es la filosofía de la que parten las jornadas que se desarrollarán la semana que viene y que pretenden ser algo más que una serie de ponencias al uso. Junta de Andalucía, Diputación y Universidad unen sus esfuerzos para sentarse a trabajar sobre la base de un documento de trabajo, un informe elaborado por una consultora externa, para sentar las bases que marquen cómo actuar a la hora de organizar futuros dispositivos de acogida. Desde el día 1 y hasta el 3 de abril se llevarán a cabo diferentes mesas de debate, con diversos sectores implicados de alguna manera, a fin de diseñar nuevas estrategias de acogida, fundamentalmente, en el complicado escenario actual de crisis económica. El estudio, serio y pormenorizado, pone sobre la mesa los distintos factores que han marcado el desarrollo de la última campaña, un compendio de parámetros que ilustrarán a los expertos sobre las medidas correctoras que se pueden aplicar en el futuro. El esfuerzo es digno de elogio porque no se buscan discursos estériles a los que la sociedad está acostumbrada, sino confrontar cuantos más puntos de vista mejor y, sobre todo, barajar todos los condicionantes objetivos posibles para poder discernir entre la obligada ayuda social al temporero y el exceso de paternalismo.
La solución, que no es sencilla en absoluto, debe partir de las propias instituciones implicadas, como es obvio, pero ese sería una lectura demasiado simplista de los culpables. También los empresarios, sindicatos y la sociedad en su conjunto, tienen en sus manos la responsabilidad última de colaborar, cada uno en su parcela, para que la época de campaña en esta provincia no se convierta año tras año en una vergüenza general.
La solución, que no es sencilla en absoluto, debe partir de las propias instituciones implicadas, como es obvio, pero ese sería una lectura demasiado simplista de los culpables. También los empresarios, sindicatos y la sociedad en su conjunto, tienen en sus manos la responsabilidad última de colaborar, cada uno en su parcela, para que la época de campaña en esta provincia no se convierta año tras año en una vergüenza general.