Antonio Mañas, vistiendo a El bobo del colegio

Empaparse de un texto para, primero, imaginar a sus personajes y, después, vestirlos. El castellariego Antonio Mañas es el autor de los diseños de vestuario de El bobo del colegio, el montaje con el que el grupo jiennense Invitro Teatro participa, este año, en Las Huellas de la Barraca, un proyecto conjunto con el Aula de Antropología de la Universidad de Sevilla por el que han pasado en el verano por ciudades como Alcalá de Henares (Madrid), Almagro (Ciudad Real), Olite (Navarra) y Palencia siguiendo el legado de Lorca. “Me propusieron participar en el proyecto en el mes de diciembre y me interesó mucho. A la hora de realizar un diseño de vestuario teatral primero tienes que conocer muy bien el texto. Estuve en los primeros ensayos y fui dibujando mis propuestas para consensuarlas con el director, José Luis Fernández”, explica.  “La verdad es que fue un trabajo muy fácil y divertido, porque conocía a los actores y los papeles estaban muy bien elegidos”, detalla. “La idea era ambientarlo en los años treinta”, añade. “Una vez hechos los diseños, lo más complicado es encontrar lo dibujado en los tejidos. En este caso, también resultó más costoso localizar ornamentación y complementos que no rompieran el estilo de la época que queríamos ambientarlo”, señala. Otra de las características de este tipo de trabajo fue adaptar las prendas a algunas escenas que requieren más movilidad, como son las de baile. Pero este no es el único trabajo de diseño teatral de Antonio Mañas. En los últimos meses, también ideó y confeccionó el vestuario del montaje Jolene, el “melodrama-cabaret” escrito y protagonizado por Oliver Gil.
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