Antes lobos y ahora corderos
Ángel Padilla Romero, desde Huesa.- Si tuviésemos que hacer un balance de los 8 años de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno del país, se podría decir que ha habido de todo: aciertos, desaciertos y sobretodo la toma de decisiones anti populares.
Pero cuando alguien, y en este caso el conjunto del ejecutivo, tiene que tomar decisiones importantes para su país, en lo último que se piensa es si dará o quitará votos, porque es ahí donde está el sentido de la responsabilidad. Claro que algunas decisiones hubiesen costado menos trabajo tomarlas si el principal partido de la oposición hubiese estado a la altura de las circunstancias ante una situación de crisis como la que estamos atravesando, y no haberse dedicado a crear más incertidumbre en la población, en los mercados y lo que es peor: pensar que cuanto peor le fuese al gobierno y a España mejor le iría al PP, para alcanzar La Moncloa. Porque no se puede olvidar que han estado haciendo una oposición destructiva, dejando de apoyar al gobierno en temas de estado, como han sido: política agraria común, políticas sociales, sanidad, educación, etcétera; y sin embargo manifestando su apoyo con la boca pequeña cuando en temas como la lucha contra la “derrotada ETA” (y entrecomillo esto, porque si que es cierto que no se puede bajar la guardia y quedan muchas cosas por hacer antes del fin definitivo de la banda terrorista) estos son los lobos que ahora para la campaña se han puesto el disfraz de corderos. Todo esto tiene una reflexión: el techo de voto del PP es el que es, excepto sus nuevos pupilos que llegan como nuevos votantes, ósea que la derecha obtendrá los votos de siempre y aspira a que esos cerca de cuarto millones de votantes indecisos les den la papeleta o que no voten. Es aquí en este punto donde la movilización de los indecisos y el movimiento 15 M no deberían permitir que la derecha llegue al gobierno con una ambigüedad tan burda y engañosa, ya que lo que está sucediendo en Galicia, Castilla la Mancha, Madrid, Valencia y algo menos en Extremadura (porque gobiernan en minoría) es una avanzadilla de lo que Mariano Rajoy piensa llevar a cabo en caso de llegar a La Moncloa. Voten lo que quieran, pero voten ejerciendo su derecho y obligación a reivindicar su descontento con responsabilidad.