Andújar. En prisión los dos implicados en el tiroteo de la calle Verbena

Los hechos ocurrieron el martes por la noche cuando, presuntamente, los dos arrestados se presentaron en casa de un hombre alrededor de las once y media de la noche. Según su relato, les abrió la puerta sin sospechar lo que se le venía encima. Llevaban los rostros ocultos y llevaban una pistola y una navaja. La víctima intentó resistirse. Hubo un forcejeo, con tiros. Hasta tres disparos escucharon los vecinos. Una de las balas hirió a Julio R. A. en una mano.
Él y su sobrino emprendieron entonces la huida, según siempre el relato del propietario de la vivienda. Primero, en un coche, que abandonaron poco después y fue encontrado por la Policía esa misma madrugada con restos de sangre. Los agentes ya le seguían los talones. Los dos presuntos autores del tiroreo huyeron en otro automóvil. Se dirigieron al hospital de Jaén, para que curaran a Julio. Los médicos se dieron cuenta de que llevaba una herida de bala y alertaron a la Comisaría. La Policía ató cabos y detuvo a ambos en el centro sanitario.
De momento, ha trascendido poco sobre los motivos de la refriega a balazos. Familiares de los detenidos aseguran que fueron al barrio de La Verbena a comprar droga. Hubo problemas y les sacaron las pistolas. Parientes del propietario de la casa tienen una versión completamente distinta y aseguran que Julio y su sobrino Samuel fueron a robar a la vivienda, se encontraron con que el dueño estaba dentro y, por ello, esgrimieron las armas. La Policía mantiene abierta la investigación sobre los hechos. De momento, el juez ha enviado a prisión a Julio R. A. y Samuel S. R., a los que les imputa delitos de homicidio en grado de tentativa, allanamiento de morada y tenencia ilícita de armas. El magistrado Fernando Moral, del Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén, tomó esta decisión ayer, justo después de interrogar a ambos.
Se da la circunstancia de que tío y sobrino comparten una biografía sangrienta. El historial de Julio tiene, al menos, dos crímenes. En mayo de 1991, acabó con la vida de un joven en Mancha Real, un suceso que desencadenó que vecinos del pueblo, encabezados por el entonces alcalde, echaran a los gitanos en una revuelta de tintes racistas.
Tres meses después, en la cárcel del Puerto de Santa María, este peligroso delincuente protagonizó uno de los motines más violentos que se recuerdan en las cárceles españolas. Apuñaló a otro preso, lo decapitó y metió la cabeza en un cubo, sólo porque le hacía sombra. Le cayeron unos 60 años de cárcel, que no cumplió. Ayer mismo, según confirman fuentes policiales, volvió a dar prueba de su carácter violento. En los calabozos se encaró con los policías que los custodiaban, con insultos y amenazas. La Comisaría ha abierto diligencias por ello.
Su sobrino Samuel S. R. también sabe lo que es matar. En noviembre del año 2000, cuando era menor, participó en el conocido como “crimen de la movida” junto con otros tres adolescentes. Los cuatro mataron de 33 puñaladas al joven iliturgitano Jaime Ordóñez en una zona de marcha de la capital. Samuel fue condenado a seis años de internamiento en un centro para menores. Ambos han pasado su primera noche en prisión.