Alcalá. Un trabajador se encadena ante su empresa para exigir una deuda

Correa, de nacionalidad colombiana, dice estar cansado de esperar el cobro de una cantidad que, según sus cálculos, asciende a unos dos mil euros. Ante el panorama, ayer acudió a la firma, situada junto a la N-432 para reclamar la cantidad que se le adeuda. Al no conseguir su propósito, al mediodía, cuando ya estaba cerrado el recinto, se encadenó en el portal de la entrada.
La escena derivó en momentos de tensión. David Fabián Correa sostiene que recibió insultos y amenazas del empresario y otro empleado y dice que estuvo a punto de ser agredido. La presencia de la Guardia Civil y la Policía Local impidió que el incidente llegara a mayores. No obstante, tanto el suramericano como los integrantes de la compañía se trasladaron al cuartel donde, al parecer, presentaron denuncias cruzadas por los hechos. La semana próxima se verán las caras en los juzgados.
El protagonista de la historia manifiesta que el propietario tiene mucho dinero, pero que se niega a pagar. Añade que debe dinero a los trabajadores y a otras personas. De acuerdo con Correa, la intención del dueño del negocio era que firmara las nóminas. Puntualiza que se negó a hacerlo porque, en otras ocasiones, recibió pequeñas cantidades, poco a poco. En este sentido, llama la atención sobre su necesidad de percibir lo que es suyo, máxime cuando pesa sobre él el riesgo de desahucio por no poder abonar el alquiler del piso donde vive. También subraya que puso el asunto en conocimiento de la Inspección de Trabajo.
La versión del operario no coincide con la de las fuentes de la empresa consultadas, que cifran la cantidad en 566 euros. Tales personas explican que para satisfacer la cifra requerida sólo es preciso que el asalariado rubrique la nómina. También restan importancia a lo ocurrido.
estrategia. David Fabián Correa recalca que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para exigir lo que le pertenece. En esta línea precisa que, si no recibe el dinero, hoy, probablemente por la tarde, comenzará a endurecer su protesta.  Insiste en que volverá a encadenarse, por tiempo indefinido, a la entrada de la empresa y que empezará una huelga de hambre, como refleja una pancarta que ha preparado. Está convencido de que su lucha no es en vano.
De acuerdo con el inmigrante, le hace falta el dinero con premura porque debe afrontar una serie de gastos derivados de su mujer, que lo apoya en su movilización, y del alojamiento. Señala que se ha visto obligado a empeñar o vender bienes, como colgantes de oro o una bicicleta y que, para colmo, se encuentra de baja por un accidente.
JUAN RAFAEL HINOJOSA / ALCALÁ