Alberto Lamelas: 'Esta profesión es arriesgada'

Diana Sánchez/Jaén
Ponerse delante de un toro y ofrecer su arte, su pasión y su sentimiento en la plaza es una de las principales aspiraciones del joven Alberto Lamelas. Natural de Cortijos Nuevos, el novillero de 27 años decidió dedicarse al toreo por lo que, sin pensarlo dos veces,

    31 mar 2011 / 13:50 H.

    se marchó a Albacete para matricularse en la Escuela Taurina y perfeccionar su estilo. Una forma de ser en la que la entrega es la característica que mejor lo define y que perfiló con uno de sus primeros maestros Mariano de la Viña. Siguiendo la estrella de su ilusión Lamelas dejó Albacete para instalarse en Madrid, donde conoció a José Ruiz “Calatraveño”. El insigne maestro de los años sesenta descubrió en el joven buenas condiciones por lo que decidió guiarlo por los ruedos. Alberto Lamelas demostró su valía en el Certamen Taurino de “Manuel Cascales” en Molina de Segura (Murcia), también cortó una oreja a un novilla en la Monumental de Barcelona. Con una fe tan brava como su entrega ante el toro, el jiennense consiguió debutar con picadores en Navas de San Juan, donde cortó dos orejas y el rabo en la temporada de 2005.
    A lo largo de su prematura trayectoria, Lamelas se llevó la oreja que le arrancó a un complicado encierro de Miura y que le hicieron valedor del trofeo “Al Pundonor y Valentía” en Algemesí. Galardón que otorga la Peña Manolo Cortés.
    —¿Sabe cuándo podrá confirmar la alternativa?
    —Aunque mi nombre no está, todavía, en los carteles, se ha hablado que para después de las fiestas de San Isidro de Madrid.
    —Una de sus características es la entrega, ¿ha sufrido alguna cornada en su trayectoria?
    —Sí que me han pegado algunas. Por ejemplo, tengo una en la boca; también otras en la que el animal me atravesó el gemelo y la ingle. Bueno, tengo varias.
    —De hecho, la primera fue muy joven, a finales de 2004, en el municipio madrileño de Lozoyuela, ¿no le tomó miedo?
    —A pesar de mi juventud, entiendo que esta profesión es así y cuando uno está delante del toro, éste no te pide el carné de identidad para cogerte o soltarte.
    —Aunque cada uno busca su propia identidad, ¿tiene algún referente como torero?
    —Admiro a todos, porque cada uno tiene sus cosas positivas. Si están ahí, ya es por algo, pues es en este mundo nadie regala nada. En cualquier caso, si tuviera que citar alguno, destacaría a Enrique Ponce, que es muy importante, y especialmente a José Tomás.
    —En su formación entró en contacto con José Ruiz “Calatraveño”, ¿qué supone para usted?
    —Fue un hombre que, en su época de torero, lo daba todo, y eso lo demuestra que salió por la puerta grande de Madrid tres o cuatro veces. Para mí es un torero, merece el máximo respeto.
    —¿Qué le marcó personalmente el maestro Calatraveño?
    —La entrega. La idea de que cada día hay que salir a darlo todo y hay que hacer un esfuerzo.
    —¿Quién es su apoderado?
    —Ahora mismo no tengo.
    —¿Va a torear en la provincia de Jaén próximamente?
    —De momento no lo sé, pero me gustaría mucho, pues allí toreé de novillero. Además, recuerdo que triunfé.
    —¿En qué momento de su carrera se encuentra?
    —Atravieso por una etapa difícil porque, para la mayoría de los carteles, prefieren a los nombres ya conocidos. Hay habladas varias cosas, pero no aún sin cerrar. De todos modos, apuesto por la constancia, y, sobre todo, no venirme abajo.