A Santiago Rodríguez Yeste

Raúl Montilla Torres, desde Jaén.- Santiago Rodríguez Yeste fue reelegido alcalde de Chiclana de Segura en las pasadas  elecciones municipales, con una participación de más del 85% del censo de electores. No sería destacable esta situación si no se tuvieran en cuenta algunos aspectos importantes. El primero, la debacle general que su partido, el PSOE,

    26 may 2011 / 09:40 H.

    ha sufrido en esta convocatoria, tanto a nivel municipal como autonómico. Tampoco habría que soslayar que, hasta su victoria del 27 de mayo de 2007 por cuarenta y un votos sobre el PP, este partido había gobernado el municipio jiennense con mayorías absolutas holgadas desde la llamada transición democrática. Por último, cabe destacar que la victoria del pasado domingo de la candidatura encabezada por Rodríguez Yeste sobre la popular se produjo por una diferencia de 331 votos, lo que le permite al PSOE gobernar Chiclana de Segura con siete concejales, multiplicando por ocho esa diferencia de cuatro años atrás y dejando al PP con dos únicos concejales electos. Para quien se considera un aprendiz de libertario y, por tanto, alejado de la disputa política al uso, es difícil expresar lo que vengo a decir con esta carta. Pero es importante matizar lo que ha distinguido a Santiago Rodríguez durante estos últimos cuatro años de otros mandatarios. No voy a destacar de la gestión de Rodríguez Yeste en la pasada legislatura las obras que se han realizado en el municipio, las reuniones de trabajo que ha efectuado con otras administraciones o las personas a las que ha dado trabajo desde el Ayuntamiento. En todos los casos han sido muy numerosas, como todos los chiclaneros han podido comprobar. Pero siendo eso importante, lo verdaderamente destacable de su labor como alcalde ha sido la atención a las personas, la cercanía con la que ha practicado su gobierno y su preocupación por el bienestar de todos los habitantes del municipio, sin hacer distinción alguna a la hora de llevarla a efecto entre unos y otros, procurando siempre un aumento en su calidad de vida. Ha sabido aunar compromiso político con vecindad; ha interpretado perfectamente las claves para generar en su pueblo ilusión; ha canalizado en positivo las necesidades del municipio. En definitiva, su dedicación y entrega lo hacen digno de hacerse cargo de un ayuntamiento, del que deben sentirse orgullosos sus conciudadanos, pues en estos tiempos que corren resulta complicado encontrar personas con una alta vocación de servicio público desde abajo, es decir, desde núcleos pequeños donde se viven y se comparten los verdaderos problemas de la población, donde se pulsa el sentir de las necesidades, inquietudes y anhelos de sus habitantes, haciéndolos propios como una parte más de sus responsabilidades de gobierno.
    La proximidad de la que hablamos con sus vecinos ha sido el indiscutible signo de distinción de su mandato y lo que le ha permitido arrasar en las elecciones del pasado domingo. Aún sabiendo que ganaría las elecciones, nadie esperaba una victoria tan destacada, ni siquiera él (me consta). No le hubiera ido tan mal a su partido si otros gobernantes hubieran imitado esta forma de hacer política de Santiago Rodríguez, tan igualitaria y tan honrada, tan objetiva y tan justa. Tan de izquierdas.