A prisión la mujer que arrojó a su hija al Guadalquivir tras drogarla

María Luisa B. A. ha pasado su primera noche en prisión. Esta vecina de Andújar, de 49 años, está acusada de intentar acabar con la vida de su única hija, Miriam, de tan solo 9 años. Los primeros indicios apuntan a que la mujer suministró a la menor una importante cantidad de pastillas tranquilizantes y, una vez adormecida, la arrojó al Guadalquivir, muy cerca del Puente Romano de Andújar.

20 nov 2014 / 10:20 H.

De allí fue rescatada con vida por los Bomberos y ya se recupera en el hospital. Después, la Policía cree que María Luisa B. A. “simuló un accidente” al hacer creer que su hija se había caído al río y que ella no pudo hacer nada por sacarla del agua.

Eso fue lo que contó la mujer poco después de ocurrir los hechos, alrededor de las ocho y media de la noche del pasado martes. Totalmente manchada de barro y mojada, se presentó en un bar de Andújar para pedir ayuda porque su hija había sufrido una caída dentro del cauce. En cuestión de minutos, se puso en marcha todo el dispositivo de búsqueda. A los policías que se personaron en el bar les contó que estuvo una media hora buscando a la niña sin éxito.

Sin embargo, hubo varios detalles en el comportamiento de la progenitora que hicieron sospechar a los agentes. Lo primero que les llamó la atención fue que la mujer ni tan siquiera pidió acompañarlos en las labores de búsqueda. “Se sorprendieron de la tranquilidad que presentaba”, aseguran fuentes de la Comisaría.

No obstante, la prioridad era encontrar a la niña. Una vez rescatada, la Policía realizó una inspección ocular de la zona que María Luisa B. A. había señalado como lugar de la caída: “Ahí ya se descartó el accidente”, explican las mismas fuentes. Testigos, además, aclararon que la mujer no pidió auxilio, sino que la vieron junto a la orilla “nerviosa y llena de barro” y que, al preguntarle que qué le pasaba, contestó que su hija “estaba en el río”.

Ya en el hospital, la madre tampoco presentó signos de nerviosismo y, de hecho, ni tan siquiera preguntó a los médicos por el estado de salud de la niña. El indicio definitivo llegó con el resultado de las pruebas toxicológicas a la que fue sometida la menor: presentaba una importante intoxicación medicamentosa, en concreto de “benzodiacepinas”, un fármaco tranquilizante. A las doce y media de la noche y todavía en el recinto sanitario, la Policía detenía a María Luisa B. A. como presunta autora de un delito de homicidio en grado de tentativa.

La mujer se negó a declarar en la Comisaría y, después de comer, pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Andújar, donde sí prestó testimonio. Ante la juez Francisca María Rodríguez rechazó haber intentado matar a su hija. Contó que había ido con ella al río para merendar y que, en un momento dado, se precipitó al cauce “por accidente”, por lo que fue a pedir ayuda al no poder sacarla. Añadió que si hubiera querido acabar con la vida de la pequeña, no hubiera solicitado auxilio. Con respecto al tranquilizante hallado en el organismo de la pequeña Miriam, su madre no fue capaz de ofrecer una explicación. Tan solo dijo que eso era “imposible” y que, en todo caso, ella no le había proporcionado las pastillas.

Tras escuchar su versión, la juez decidió enviarla a prisión preventiva, una medida adoptada a petición de la Fiscalía. María Luisa B. A. está acusada de un delito de asesinato en grado de tentativa. Al filo de las nueve de la noche, un furgón policial la trasladó hasta las dependencias del Centro Penitenciario de Jaén, donde ha pasado su primera noche.

"La niña estaba cubierta de lodo y parecía un tronco"

Fueron diez minutos angustiosos. Un escaso lapso de tiempo que, sin embargo, se hizo eterno para las casi cincuenta personas que participaron, en la noche del martes, en las labores de búsqueda de la pequeña Miriam, la niña de 9 años que, presuntamente, fue arrojada el río Guadalquivir por su madre con la intención de acabar con su vida. Un periodo de incertidumbre que acabó cuando el bombero Pedro Sánchez Reca dio una voz avisando de que la había encontrado, a unos cien metros del Puente Romano: “Al ver que respiraba, me quedé mucho más tranquilo. Solo quería sacarla del agua y llevarla hasta los sanitarios para que la estabilizaran”, relata este profesional con muchos años de experiencia en el Cuerpo.

Su compañero en el Parque de Bomberos de Andújar, Antonio Manuel Soto, fue el que cogió la llamada de aviso pasadas las nueve menos cuarto de la noche: “Todo fue muy rápido. Nos alertaron de que una niña se había caído al río. Tardamos menos de un minutos en llegar al puente. Ya en el lugar, nos dijeron que estaba perdida y empezamos a buscar”, explica.
Había muchas personas “peinando” las dos orillas del Guadalquivir. Policías nacionales y locales, Protección Civil, bomberos y también vecinos se unieron para tratar de dar con la niña. Todos pateaban el barrizal, enzarzados entre la abundante maleza y con la dificultad añadida del agua y de la falta de luz: “Fue duro, sobre todo porque nos dábamos cuenta de que no la encontrábamos y que las labores serían complicadas”, asegura Antonio Manuel Soto.

“No contestaba”. Sin embargo, la profesionalidad y el golpe de suerte que se necesita en estos casos hicieron que Pedro Sánchez viera algo en la orilla, entre la vegetación: “No se veía como una persona. Parecía un tronco, cubierto de lodo y barro. Me acerqué, lo alumbré con la linterna y ya le vi el pelo largo. Enseguida supe que la había encontrado”, aclara. La niña estaba en posición fetal y “fría como un témpano”. Lo que hizo el bombero fue comenzar a llamarla por su nombre: “No reaccionaba. La saqué del agua como pude y vi que no tenía fango en la boca y que respiraba. Estaba semiconsciente y no respondía ni abría los ojos. Mi único pensamiento, entonces, era llevarla donde estaban los sanitarios”, concluye Pedro Sánchez Reca.

La búsqueda concluyó en apenas diez minutos. La pequeña Miriam fue trasladada en ambulancia, primero, hasta el Hospital Alto Guadalquivir de Andújar y, posteriormente, al Materno-Infantil de Jaén, donde permanece ingresada. Los médicos lograron estabilizarla y, tras pasar unas horas en la Unidad de Cuidados Intensivos, ya se encuentra en planta.

El concejal de Seguridad y Tráfico de Andújar, Francisco Carmona, quiso destacar la “gran labor de coordinación” realizada en el marco de esta actuación entre los Bomberos y la Policía Local y Nacional. Para el edil, el rescate de la niña pone de manifiesto la colaboración existente entre las fuerzas y cuerpos de seguridad. En este sentido, destacó el papel de la Junta Local de Seguridad, que se reúne periódicamente y aúna a estos agentes. “Estoy muy orgulloso del trabajo realizado”, sostiene Francisco Carmona. El jefe del Parque de Bomberos de Andújar, Juan Cámara, también felicita a todos los profesionales que tiene a su cargo por la labor realizada, no solo en esta intervención, sino en su trabajo diario. “Hacen una labor extraordinaria, mucho más allá de su obligación”. Su trabajo ha salvado una vida.