“Un profesor del Colegio Universitario de Jaén”

21 ene 2017 / 08:00 H.

Han transcurrido dos semanas desde que falleciera en la ciudad de Granada el catedrático de Filosofía José Luis García Rúa, que nació en Gijón en 1923, al comienzo de la dictadura del general Primo de Rivera. Había cumplido el filósofo los 93 años. No hacía mucho tiempo que habían fallecido su mujer, Gisela, y uno de sus hijos. Era un hombre alto, ancho y huesudo, de porte serio y también buen orador y mitinero. Miembro de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), y su secretario general en la transición del franquismo a la democracia. El sindicato CNT, anarquista, a finales del siglo XIX y comienzos del XX era el mayoritario en España y con presencia fundamental en amplias regiones. En Andalucía muchos de sus militantes se autodenominaban “comunistas libertarios”.

Este filósofo, formado en la Universidad de Salamanca, donde fue discípulo del pensador y lingüista Antonio Tovar, formado también en Alemania, fue profesor de Historia de la Filosofía del Colegio Universitario de Jaén (institución educativa, antecedente de nuestra joven Universidad) sólo vivió en Jaén tres cursos académicos, de 1972 a 1975. Poco tiempo, pero suficiente para que García Rúa dejase cierta huella en Jaén y en los que pertenecimos a aquella generación que luchó por la homologación de nuestra democracia con las de nuestros vecinos europeos.

Vamos a seguir el testimonio de otro colega suyo en el anarquismo filósofo, aunque este era geógrafo, Juan Franco Quirós. Relata Juan Franco, con la prosa clara y atrayente que le caracteriza, su estancia en nuestra ciudad y cómo fue compañero de vivienda en la plazoleta de San Bartolomé, con otros tres colegas, Pedro Galera Andreu (actual catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Jaén), con Juan Antonio Moya Corral y con nuestro fallecido García Rúa. (Bibliografía: “Los días Olvidados. Testimonios sobre la Transición en Jaén (1973-1977”). Son años decisivos de nuestra historia como ciudad, aquellos años en los que, por fin, dejamos de viajar los estudiantes innumerables veces a Granada, en los autobuses de la Alsina-Graells. Nuestra juventud jaenera, incrementada por la de las villas y ciudades de la provincia, se instalaba en los pisos de alquiler de nuestra ciudad, al igual que lo hacían los profesores del Colegio Universitario, quienes llegaban a la ciudad olivarera desde Granada con bastante desgana académica. José Luis García Rúa fue uno de ellos, de los más maduros en edad, investigaciones y experiencia profesoral.

Este obituario no sólo se refiere a una persona que fue conocida y querida, fomentando la concienciación no sólo a sus alumnos, sino también al profesorado del Colegio Universitario en los años finales del franquismo. También quiere ser una referencia para las nuevas generaciones que tal vez no conozcan los orígenes de la Universidad en la que estudian, ni el tiempo recio y lleno de ilusión en que se cerraba una época demasiado segura para los que gobernaban y demasiado duradera para los que mirábamos al Mercado Común Europeo como la salida natural para nuestra nación española.

Pienso, para terminar, que lo mejor que le ha podido pasar a Jaén como capital, en toda la segunda mitad del ya finalizado siglo XX, ha sido la creación del Colegio Universitario Santo Reino de Jaén y la posterior Universidad de Jaén, que aún sigue siendo muy útil a las empresas, el alumnado y la sociedad en general.

No he querido hablar tanto de la persona, cuyos datos aparecen con profusión y detalle tras los buscadores de internet, cuanto de la época (1972-1975) en la que, el entonces Profesor No Numerario (PNN) García Rúa se desplazaba a pie desde la plazoleta de San Bartolomé a la hoy derribada sede del Colegio Universitario Santo Reino de Jaén, lugar en el que ahora se yergue El Corte Inglés. Toda una realidad de la meteórica transformación de nuestra capital y de la sociedad española.