“Un emprendedor y un experto en albañilería”

25 ene 2016 / 08:00 H.

Se llamaba Juan Fernández Armenteros y fue un próspero empresario, hecho a sí mismo, desde unos orígenes muy humildes, gracias al sector de la construcción. Sin embargo, para mí era más conocido por su faceta familiar, como esposo de la ya también difunta Aurora Rosales Pérez, la tía de mi madre. A través de ella era fácil conocer, lo bien que la trataba a ella y al resto de sus allegados. Aunque solía ser un hombre de pocas palabras, algo acentuado por la sordera que lo caracterizaba, siempre fue un hombre afable y cercano en el trato directo.

Al fallecer su esposa, hace unos días, recibió un duro mazazo de la vida, pues ambos estaban muy unidos. No obstante, su última etapa transcurrió plácida, bajo el cuidado de sus hijos, en particular Angelitas, afincada en Granada. Su fallecimiento repentino nos llenó de sorpresa a todos los que conociamos a Juan Fernández.

En el aspecto profesional, Juanito Borondo, como solía ser llamado de manera cariñosa, fue un luchador que, prácticamente desde cero consiguió llegar alto. Era un maestro de la albañilería, con una refinada visión empresarial, que lo hizo entrar en fructíferos negocios. Gracias a todo este esfuerzo se labró un próspero futuro y, de esta manera, pudo dar lo mejor a su mujer, sus tres hijos y sus nietos, que lo quisieron con locura.