“Treinta minutos
de espera”

18 feb 2016 / 08:00 H.

Al final surgió
un poema a una madre
que nunca marchó.

Un poema de lágrimas,

un poema de amor

al final surgió.

Por una madre que dio

su vida, dio su amor.

Cinco lirios crió

y una rosa

marchita de amor.

Treinta minutos

y no estabas allí.

Treinta minutos de espera.

Treinta minutos de espera y

nunca te vi.

Bajo el sol en la atalaya,

yo te perdí.

Treinta minutos

llorando por ti.

Llorando por la mujer

que lloró por mí.

Amor y vida nos dio,

lo que nosotros no hicimos

por ti.

Treinta minutos de espera.

Treinta minutos

muriendo por ti.

Treinta minutos.

Muerta salió de allí,

de la oscuridad.

Oscuridad maldita

que nunca la tuvo que sufrir.

Su hora no era esa.

Abandonada

por el azahar y el alelí.

Maldita muerte.

Maldito vivir.

Treinta minutos esperando.

Maldito sinvivir.

Murió la flor de la casa.

Murió sin necesidad.

Treinta minutos

que no sirvieron de “na”.