No me hizo falta más para saber lo grande que eras

20 abr 2020 / 08:00 H.
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No la conocía, pero quiero compartir con todo el que lea estas líneas cómo me sentí ante la muerte de Antonia Collado. Me lo comunicó uno de mis compañeros, no recuerdo bien quién fue. Se preparó rápidamente una página en la que había que contar con los testimonios de sus allegados.

Hasta el momento yo solo sabía que presidía la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer “La Estrella” y con esa información tenía que llamar a todos y cada uno de los contactos que conseguí.

Chelo Padilla es tesorera de la asociación y amiga de Antonia. La inestimable ayuda de una Chelo rota de dolor, que apenas podía pronunciar dos palabras sin que la voz se le rompiera, fue imprescindible para completar una página que no quería ser otra cosa que un homenaje a Antonia Collado.

Repito, no tenía el gusto de conocerla, pero el retrato que por teléfono me hicieron sus familiares y amigos se me quedará grabado para siempre. No hubo nadie que me dijera una mala palabra de una mujer que brillaba por la bondad de su alma.

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