“Eras madrina, mi amiga y consejera”

02 dic 2016 / 08:00 H.

Querida Tita: Hace una semana que te fuiste y me dejaste aquí sola sabiendo que me falta un gran trozo de mi corazón, ya que tú eres ese trozo. Tú eres esa persona que no necesitaba mucho para ser feliz, a veces pienso que lo único que te hacía feliz era una tarde con todos tus sobrinos, aunque te volverá loca porque somos siete, cada uno con sus imperfecciones, “sus miedos” y, lo más importante de todo, con nuestro gran cariño hacia ti, que no era poco, te lo puedo asegurar.

Creo que la despedida siempre ha sido una cosa muy fea para cualquier persona, pero ahora que lo pienso, para nosotros esta despedida ha sido imposible. Todavía no me acostumbro a entrar a casa de la abuela y no poder chillar ¿Tita, dónde estás? Y tú me respondías “Estoy arriba” o “Estoy fregando” o que la abuela me dijera “está trabajando” o “se ha ido con sus amigas”.

Te voy a contar un secreto: a veces pensaba que pasabas más tiempo con tus amigas que conmigo, pero ahora miro las fotos y me doy cuenta de que eso era imposible, porque, aunque tengo trece años, pasaba más tiempo contigo que con mi propia madre, ya que no eras solo mi tía, sino que también eras: mi madre, mi madrina, mi diario, mi amiga, mi consejera y, lo más importante, mi guardaespaldas, porque siempre me protegías y me mimabas. Ahora es ese el momento en que me tengo que despedir otra vez y no quiero, me gustaría seguir escribiendo, pero la carta me haría un libro y lo más importante es que sepas que: Te queremos. Hasta siempre, de tu sobrina mayor.