“Era un pastor de la
Virgen de la Cabeza”

28 mar 2020 / 08:00 H.
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Jaco ha muerto. Eran tres palabras que al instante llenaron mi corazón de pena y al mismo tiempo, de mi alma en el anonimato, salieron hacia Dios, mis oraciones, en aquel instante, día 25 de marzo, confinados en nuestro hogar por coronavirus, participando por televisión en la misa, mirando a la Virgen de Fátima.

Asimilado el suceso, mi mente evocando en el recuerdo, me llevaron a mi amistad con Francisco Colmenero Callejón, para mí el “pastor de la Virgen de la Cabeza” en Jaén; el esposo amoroso de Miqui, su amiga y compañera, la madre de sus hijos Ana, Paco, Miguel y Jesús y la más cercana a sus hijo/a político/as por sus nieto/as Elene, María, Virginia, Beatriz y Javier, los ángeles del matrimonio siempre unidos Paco y Miqui abuelos amorosos, apóstoles ellos de la Virgen de la Cabeza en Jaén como los conocí, fueron y él ya lo es en el Cielo que es el monte cabeza celestial.

Recuerdo a Paco, por su amistad yo diría de toda la vida, pues cuando los conocí, el confió en mí tanto que casi a diario me visitaba para seguir trabajando principalmente por la cofradía jaenera de la Virgen de la Cabeza de la que era hermano mayor. A él le presté mis conocimientos para renacer la antigua cofradía jaenera, él me nombró el primer pregonero en 1993 de la Virgen de la Cabeza jaenera; con él, su esposa y otros hermanos cofrades actualizamos y engrandecimos la Cofradía en aquellos años, viviendo momentos fraternales e inolvidables que hoy me hacen mayor mi afecto póstumo hacia el amigo y hermano cofrade.

Paco fue un jaenero, un cristiano y un cofrade auténtico, un hombre cercano como lo demostraba en su trabajo anteponiendo su disposición a su obligación prestándose al trabajo sin mirar su remuneración y como cofrade dedicando muchas horas de su ocio a “evangelizar” por la Virgen de la Cabeza a la sociedad, ofreciéndose siempre a los demás como hizo con la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Villargordo que junto a Miqui su esposa fueron padrinos de la bendición de la Imagen, ofreciendo junto a Petra la esposa del hermano mayor, la primera saya a la Imagen en el Santuario hoy Basílica en Sierra Morena.

En definitiva, nos ha dejado un jaenero peregrino mariano porque sería necesario en el cielo, precisamente este año de pandemia por coronavirus para acompañar a tantos hermanos nuestros y presentarlos a la Virgen de la Cabeza en la súplica porque pronto encontremos la solución a la enfermedad.

La luz con su fallecimiento se ha hecho oscuridad. Paco se fue como un buen cristiano, nos dejó con melancolía y tristeza a su esposa, a sus hijos, a sus hijos políticos, a sus nietos, a sus hermanos, a sus sobrinos y a mí con su recuerdo de hombre de bien.

Paco se fue como un buen cofrade dejando una excelente hoja de servicio en la Cofradía de la Virgen de la Cabeza, en la Agrupación de Cofradías y en general llevando en su corazón a Jesús y a María desde muy joven, prácticamente hasta el final de su vida. Así recordaremos a Francisco Colmenero Callejón que descansa en paz.

Paco, no se ha ido del todo, solamente se ha adelantado en el camino hacia la eternidad.

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