“Amigo, hermano y confidente”

17 may 2016 / 10:00 H.

Juan Manuel Polo López. Otro más. En los últimos meses se han marchado, mi fe católica me dice que a un lugar privilegiado, varios amigos con los que, día a día, compartía el devenir de nuestra existencia. Estoy muy triste por la pérdida de un amigo, para mí como un hermano y confidente, que se ha ido sin avisarme.

Juan Manuel Polo López soportó su efímera enfermedad con el mismo sigilo que atendía a todos los pormenores de la vida. Sí. Con Polo, como siempre lo llamaba, compartí tantos aspectos de la vida que ahora sería imposible enumerar. Desde que un día llegó a Cope Jaén para presentarse, a principio de los años 90, como portavoz del CN Jaén, no perdimos el contacto casi diario. Compartíamos dudas, preguntas, acciones a tomar, formas de actuar... y muchas confidencias.

Polo era, en apariencia, un hombre serio, lejano, inaccesible, pero nada más lejos de la realidad. Su humor intrincado, a veces, solo era entendido por los que lo conocíamos bien. Como funcionario de carrera de la Tesorería de la Seguridad Social y jefe de negociado que fue, actuó con seriedad y rectitud, hecho que pueden corroborar sus compañeros Carmen Mari, Juan Miguel, Nani, así como Serrano y Javi Reina, que tomaron el camino de la jubilación poco antes que él. Se jubiló hace poco más de un año, con 63 cumplidos, porque quería estar más tiempo cerca de los suyos.

Quería disfrutar de sus aficiones que, además del fútbol, eran las motos. Seguidor del Real Madrid, del Real Jaén y los últimos años del Granada, al que acudía a ver a Los Cármenes con su amigo Carlos Miranda. Con las motos —no pudo acudir ya al último Gran Premio de Jerez—, compartía vivencias y sensaciones imborrables con el “Equipo A”, que ahora en su recuerdo se llamará “Polo Motos”. Ahí están para contarlo Félix, Diego, José, Antonio, Ramón, Juanpe, Patricio y su hijo Carlos, que hacían largas rutas. No puedo olvidar a otros amigos que lloran su ausencia, entre ellos Juan Jiménez. Con Juande Estepa compartía amistad íntima y gratos momentos familiares los viernes en “La Cantina”. No olvidaré las conversaciones diarias en los desayunos en “La Estrella”, con su zumo de naranja y media de jamón. Las tertulias deportivas de los lunes de Cope Jaén, en el Restaurante Saray. Era un contertulio ecuánime, sensato y directo, sentando cátedra en sus opiniones, respetadas y compartidas. Podría escribir mucho más de Juanma Polo, pero no puedo omitir que con él supe lo que es amistad y aprendí a dialogar, porque ambos entendíamos que el diálogo es una asignatura básica; dialogar es abrirse al otro desde la escucha y la palabra y decir lo justo en el momento oportuno y escuchando al otro. Recuerdo sus escritos en la revista “Nadando” del CN Jaén, y sus artículos que firmaba como “Genaro”, llenos de sarcasmo, apelando al humor con ingenio para hacer crítica. Sin embargo, no has podido conocer y, supongo que disfrutar, con “la derrota” electoral hace unas semanas, de un dirigente de la natación andaluza, y ahora también nacional, con el que tantas discrepancias mantuvo. Nació en Madrid, pasó su infancia en Bilbao y, siendo todavía niño, volvió a la capital de España y, al conocer a Mari Carmen, vino a Jaén y se hizo un jaenero más, pues llevaba en esta tierra olivarera más de 40 años. En esta despedida momentánea, porque seguro que nos veremos, le mando un fuerte abrazo a Mari Carmen, tu esposa, a la que admiro por haber sido tu compañera en tantos momentos de felicidad, entrega y sacrificio. A tus hijos Rocío, Cristina, Carlos y Carmen que sienten la pérdida de un padre al que siguen queriendo y admirando. ¡Ah¡ y no te olvides, amigo Polo, que se nos quedó pendiente un desayuno con churros, esos que tanto te gustaban, en la Cafetería Araque. Un fuerte abrazo, amigo, hermano, confidente. Nos vemos. Paz y Bien.