A la memoria de Manolo “el de la Taberna”

Esta lágrima es para ti, porque mereces más que palabras en tu viaje, en ese viaje que debes hacer solo, el más triste de los viajes. Esta lágrima es para ti, para que sepas que dejaste tu huella en nuestra historia, que la noche sin ti muere de frío, que tu voz quebrada aún se oye en los rincones de ese pub donde crecimos al son de tu música y del alma que se quedó a vivir en cada cuadro, en cada trasto que tú volvías arte con tan solo hallarle un hueco en tu universo, ese universo que bebimos entre copas y momentos imborrables. Esta lágrima es para ti, Manuel, para decirte que nunca estarás solo, que equivocarse es normal y, como nadie, supiste caminar sobre el cuchillo. Que hiciste feliz a mucha gente, aunque fue la Soledad la que, sin prisas, te abrazo en su último consuelo. Yo no pido calles para ti ni monumentos, ni bandera a media asta ni homenajes, solo quiero que allá donde vas seas feliz, que disfrutes de esa paz que bien mereces, que tu gente no sufra por tu ausencia, que te recuerden feliz como tú fuiste cuando ser feliz no era un privilegio y hacer feliz estaba permitido. Que cuiden de ese perro que hoy espera que lo saques de paseo por el parque, ese perro que acabó por demostrarte que no hay mejor amigo para el hombre. Gracias Manolo, por tanto. Gracias Palicos, y hasta pronto.