Una nueva manera de vivir

21 sep 2016 / 10:18 H.

Los pueblos pequeños también tienen su historia. Génave es una de las “Villas Viejas” de la Sierra de Segura, lo que conlleva que antaño fue territorio musulmán, un lugar de frontera entre el Islam y el Cristianismo, una zona conquistada a los árabes en el siglo XIII por Fernando III, repoblada entonces por gentes venidas del Alto Tajo, Bajo Aragón, Soria y la Rioja al amparo del Fuero Bueno de Cuenca y bajo el gobierno de la Orden de Santiago, segregada de la Villa Matriz de Segura de la Sierra el 19 de marzo de 1554 después de un interesante pleito que se prolongó durante un total de 69 años, un territorio autónomo dentro del Común de Segura y hasta fue integrante de la Provincia Marítima que se creó en estas tierras de interior.

Con aquella “colonización” castellana nos llegaron hasta el municipio serrano maneras diferentes de entender la ganadería y los montes, nuevos vocablos y costumbres, cultos y devociones a determinadas imágenes, toponimia y gastronomía desconocidas hasta entonces. En definitiva, una nueva manera de vivir y de entender el mundo.

La brevedad de esta colaboración nos lleva a obviar muchas de estas manifestaciones populares pese a que son muy interesantes; pero queremos hacer especial hincapié en lo que hace referencia a nuestra veneración a la Virgen del Campo, que viene desde tiempo inmemorial.

Con bastante probabilidad el culto a esta imagen nos viene de aquella tierra... Hemos sido testigos de que en sus moradas primitivas existen, todavía hoy, bastantes municipios cuya patrona es la Virgen del Campo. Hemos realizado visitas a sus iglesias y ermitas, y hemos comprobado que su culto se remonta allí a más de siete siglos. No obstante, hasta que Felipe II manda hacer las relaciones de los Pueblos de España en 1575, no aparece documento escrito conocido del fervor a esta imagen en Génave. De su ermita en los extramuros de la población solo conocemos el emplazamiento, pero se conserva la piedra tallada de su altar en la actual iglesia parroquial. ¡Toda una joya!

Génave vivió casi siempre de las explotaciones ganaderas y de la vocación forestal en sus montes comunales hasta que en el último tercio del siglo XIX surge la “fiebre” de la plantación de un olivar de montaña de muy escasa producción, pero garante de unos aceites de calidad sensorial y organoléptica irreprochables.

Su población se mantuvo casi siempre en sentido ascendente, llegando a superar los 2.000 habitantes en los mejores momentos... En la actualidad no podemos decir lo mismo... La población se encuentra muy envejecida y tan solo superamos en poco las 500 almas. Un preocupante fenómeno regresivo que se ha dado en los últimos cincuenta años. Así que habrá que pensar que alguna solución habrá para tamaño desajuste.

Es importante destacar que en Génave existe un interesante movimiento musical desde hace casi cien años. Su Banda de Música (Antigua Filarmónica, luego Unión Musical de Génave, también “Los Pajeros” y, desde 1980, Pizarrines de Génave) se inicia en 1920 bajo los auspicios del sacerdote don Antonio Medina Montoro, y solo interrumpió su actividad unos años debido al fenómeno migratorio, principalmente a Palma de Mallorca.

También es significativo dejar constancia de que en Génave se dan ciertos indicadores de que se trata de un pueblo avanzado culturalmente hablando. Muchos son los ejemplos de ello: su Semana Cultural de agosto; sus conciertos de verano; sus encierros de reses bravas a la antigua usanza, y, sobre todo, sus fiestas de septiembre. Sin obviar que se encuentra una importante proliferación de actos formativos. Citas que dan fe de que la cultura es una pieza fundamental en el municipio serrano.

A Génave casi todo el mundo lo confunde con el de nuestros vecinos de Puente de Génave. Circunstancia que nada preocupa, pero que da origen a múltiples equivocaciones. Génave es la “Villa Vieja” con una antigüedad de más de 462 años y Puente de Génave es pueblo desde 1934.

Quizá la causa de este entuerto venga motivada porque por el “El Puente” pasa la carretera general Córdoba-Valencia, lo que ha propiciado su despegue económico, y es lugar de mucho paso, mientras que nosotros estamos más alejados de vías de comunicación importantes. Significar, no obstante, que hasta que se creó el municipio de la Puerta de Segura y el propio Puente de Génave, nuestro término municipal se acercaba hasta el río Guadalimar, y en sus aguas dispuso nuestro Concejo un molino harinero que era una importante fuente de ingresos, al que se accedía por el puente romano de los puenteños que cruza el torrente.

Por último, aprovecho las líneas que conforman esta colaboración para invitar a quienes quieran visitarnos para disfrutar de un pueblo tranquilo, afable, acogedor y hospitalario, que se transforma durante los meses de agosto y septiembre para recibir la estación otoñal.