Los huevos ecológicos, ejemplo de cómo crear empleo y diversificar la economía con una clara apuesta por la calidad y por la sostenibilidad
PREMIO empresa singular

Avícola El Encinar es una realidad tangible con diecisiete años de historia, un auténtico ejemplo en la comarca del Condado. Se trata del sueño materializado de Pancracia Rubio en el núcleo de Aldeahermosa, perteneciente al municipio de Montizón. El esfuerzo y la ilusión combinados han permitido sacar adelante una iniciativa repleta de dificultades.
La gerente de la compañía explica que la idea se remonta a 1997, como un proyecto de autoempleo en un entorno rural con escasas opciones fuera del olivar. La intención era diversificar. La actividad arrancó en marzo de 1999. Después de estudiar varias posibilidades, se eligió el huevo ecológico certificado por reglamento comunitario. Los primeros años los piensos se compraban fuera, aunque, con el tiempo, la propia empresa elaboró el alimento de las gallinas. El autoabastecimiento posibilitó un salto considerable en la calidad del producto.
El tesón de la emprendedora y la frescura y el sabor de los huevos propiciaron que, de manera gradual, el artículo se introdujera en los circuitos comerciales, con una aceptación creciente. La actividad experimentó un avance sustancial en 2002. En paralelo, se introdujo una nueva línea, el aprovechamiento de los huevos para preparar postres, en concreto flan. Ese proyecto derivó, finalmente, en la fabricación de galletería ecológica de alta gama. La perfección lograda es tal que logra integrarse el fruto del cultivo por antonomasia de la provincia, con el zumo de oliva virgen extra como ingrediente definitorio. El resultado, la marca Bioándalus, está a la altura de los paladares más exigentes.
El proyecto experimentó un nuevo giro positivo en 2015, con integración en la sociedad Huevo Ecológico de Andalucía, que supone abaratar costes —por ejemplo el grupo suministra el pienso— y aumentar el músculo comercial. Actualmente, Avícola El Encinar da trabajo a cuatro o cinco personas —incluida la propia Pancracia Rubio— de continuo.
La producción se distribuye principalmente en el mercado nacional y, en parte al portugués, aunque se ha enviado partidas a Suecia, Alemania o Estados Unidos. “El mercado ecológico es muy competitivo y complicado. En España existe mucho potencial de crecimiento, aunque actualmente solo el 0,1 de los artículos adquiridos son de este tipo en España frente al 3 o el 5% en otras naciones europeas”, explica la administradora de la firma. Con vistas al futuro se hará hincapié en la optimización de la calidad y en aprovechar las posibilidades que ofrecen los huevos de El Condado con el aprovechamiento de las oportunidades para crecer. Sin embargo, siempre se mantendrá el origen de la idea que va implícito en el nombre de la empresa, que recuerda a la dehesa como uno de los ecosistemas europeos más sosteniblesen los que mejor se aprovechan todos los recursos.