Sinfonía con la tierra

Hoy, la sierra de Quesada con “La Canción de la Tierra” de Gustav Mahler

08 dic 2024 / 12:37 H.

La tierra lo es todo, dijo el profesor a los jóvenes universitarios: medio, paisaje, territorio, lugar, región... El geógrafo intentaba inculcar que el espacio es social, manipulado por los humanos como soporte, para el cobijo y para sus relaciones. Incluso es un arma para la guerra, dejó bien estudiado y escrito Ives Lacoste, sabio geógrafo y geopolítico francés.

La abuela era tan vieja como la misma tierra. Imposible calcular los años que tatuaron su cara, todo su cuerpo, con tantas arrugas: finísimos capilares que alineaban miles de renglones de una epopeya anónima. También había sobrevivido a una guerra civil y a la hambruna que la siguió. Encendía fuego en la chimenea, avivaba las llamas con un soplete de esparto y hervía el agua en el puchero.

Dejó su larga vida en una cama, ya sin estrecheces y con el porvenir de los suyos resuelto. Me acordé de ella cuando vi el paredón rojizo en la Sierra de Quesada, surcado por un número incalculable de finísimas grietas que cuartean la arcilla roja, forjada durante millones de años de la roca madre de granito.