Renacuajos en la fuente
Sierra Mágina con “Abdelazer Suite”, de Henry Purcell
VÍDEO
Una generación, al menos, ocupó tiempo de su infancia buscando, observando y hasta pescando renacuajos en arroyos, charcos y chilancos, allí donde abunda también la maleza. Aviva el recuerdo en los jirones de la memoria cuando la vista alcanza esta vieja fuente de Sierra Mágina, antiguo abrevadero en el camino de Jaén a Granada, donde paraban los arrieros para que sus caballerías saciaran la sed.
Tres caños, un desagüe generoso, maleza alrededor y alguna cortina de juncos que dan paso al agua clara y mansa donde nadan los renacuajos. Es un hábitat perfecto y un espectáculo casi íntimo acercarse a la claridad de la fuente para contemplarlos en su nado ágil y huidizo: cola fina como un diminuto estilete y cabeza prominente, gorda. Otro milagro de la naturaleza que aún podemos admirar.
Magnífica sorpresa dar con la antigua fuente donde crían las ranas. Sus huevos los transporta el sapo partero en las patas traseras para depositarlos en el agua. Ahí eclosionan los renacuajos. En esta fase de su desarrollo son más pez que rana. Cuando ya lo sean, poblarán las charcas de la zona. Viejas fuentes, pilares de diversa arquitectura y condición, aliados con el agua y la vida. Por siempre.