Nieve en el fin del mundo
Sierra de Segura con “Canon in D Major”, de Johann Pachelbel
El tiempo envuelve y remueve las gastadas huellas del olvido revelando indicios y trances más vastos, pero ninguno como los Campos nevados de Hernán Perea, en la Sierra de Segura, Santiago-Pontones, Jaén. El que amanece y alza los ojos irá a su encuentro para ver más claro y lejos que en ningún otro lugar.
La nevada, generosa, no ha querido ocultar en la invernada los perfiles pardos de sus cimas, la traza helada de sus caminos, de los que no hay que apartarse un ápice, ni su escueto y descarnado arbolado. Una nueva mañana y un nuevo sol para un discurso natural enjambrado de copos, ninguno igual al otro, adheridos por billones o trillones multiplicados hasta el infinito.
Paisaje del altiplano más alto de España que se ofrece como un mazazo poderoso desde el alba hasta que el crepúsculo enfila sus profundidades. Canon de tierra y nieve posada tras un lento descenso desde las nubes. Pongamos una hora a 0,7 metros por segundo. No hay mejor partitura ni lugar para marcar la raya del fin del mundo.