Hojas vagabundas

Sierra de Segura con “Las cuatro estaciones: Otoño”, de Antonio Vivaldi

08 nov 2025 / 12:23 H.

El viento, aire en movimiento, enfría el mástil de los álamos segureños. Tiritan Las hojas, amarillas y ocres. Caen desde la altura de los vigías ribereños, errantes, hasta posarse con un leve roce en el húmedo sueño de la tierra. Huele el campo a mojado, crepita con las hojas secas el paso de los caminantes mañaneros. El tiempo ya ha madurado y la alameda con él. También los pájaros, el ganado, las nubes, la piedra con los cinceles abiertos al aire que esculpen una geografía única de gozos, de luces. También de miedos si el cielo cierra y rasga. Pudiera ser.

Aire de tango que resbala lento por esta arboleda, removiendo hojas y suspiros haciendo inútil cualquier voz. Es el mes de las hojas vagabundas, la estación de la simiente, la edad dorada de las sierras del noreste jiennense. Álamos altísimos balanceados en una sinfonía de índices y corazones. No hay un lugar mejor donde pasar una mañana para volver, siempre volver, con el último sol de la tarde.​