La Fortaleza de la Mota, el mayor tesoro de Alcalá la Real
Su patrimonio cultural e histórico la convierte en una ciudad con un gran valor estético



Desde la prehistoria, Alcalá la Real se convirtió en un enclave de gran importancia estratégica, sobre todo gracias al cerro de la Mota, que sirvió como zona de control de los pasos hacia el interior. De esta forma, se convirtió en un privilegiado lugar. Es en este cerro donde se erige el conjunto monumental de la Fortaleza de la Mota, que alberga la antigua ciudad amurallada de Alcalá la Real. Esta, y los diferentes elementos de arquitectura militar de su entorno, sirven de punto referencia para conocer y explicar el proceso temporal y espacial ligado a la evolución de la frontera durante la Baja Edad Media, al tiempo que sirve como ejemplo de desarrollo urbanístico en el interior de una ciudad intramuros. Los trabajos desarrollados en ella, desde hace más de dos décadas, tienen como objetivo principal preservar y difundir la identidad histórica y cultural del municipio y, de esta forma, favorecer su aprovechamiento como recurso cultural, social y de desarrollo económico.
En la actualidad, el Conjunto Monumental de la Fortaleza de la Mota, se ha convertido en un espacio monumental de primer orden, a nivel turístico y patrimonial. Junto a la singularidad del enclave, se desarrollado el proyecto de tematización del mismo, que ha desembocado en la creación del Centro de Interpretación de la Vida en la Frontera.
Además, en torno a la ciudad amurallada se construyó en época medieval, una densa red de atalayas de almenaras que permitieron alertar a la población de cualquier peligro enemigo. Quedan once de las veintidós documentadas. Otros de los lugares más emblemáticos del municipio alcalaíno es la Plaza del Arcipreste de Hita, donde se sitúa el Ayuntamiento. Un edificio barroco de ascendencia clásica y una de sus peculiaridades es el reloj, realizado por Fernando de Tapia en 1803, con la originalidad de señalar las fases lunares.
Además, desde las propias calles de la ciudad se señalizan diferentes rutas turísticas que hacen que los visitantes puedan conocer los rincones más recónditos de Alcalá y disfrutar del encanto de un paisaje urbano de gran valor estético, tanto por propio trazado, como por su escenario arquitectónico. Entre sus novedades turísticas, destaca la ciudad oculta, donde los visitantes conocen las historias y leyendas que se han difundido sobre las galerías subterráneas de la Fortaleza de la Mota que llevaron a las tropas del Rey Alfonso XI a la conquista definitiva de Qalat de Benzayde en el s. XIV. Uno de esos pasadizos, con el acceso prohibido, desemboca en la Fuente de la Mora, que debe su nombre a una leyenda.