El Santo Reino presume ante el mundo de una capital de bandera

Jaén se vende al exterior como una ciudad monumental, artística, cultural y deportiva

14 mar 2019 / 16:24 H.

La capital del Santo Reino es el corazón y motor de una provincia que rezuma bondades y belleza por doquier. Jaén no es menos, pues faltan dedos en ambas manos para enumerar el enorme patrimonio que alberga la ciudad en todas las vertientes de la palabra.

A nivel monumental, en Jaén destaca la Catedral, que corona con orgullo la inigualable plaza de Santa María. Asimismo, este magnífico monumento recibió casi 56.000 visitas durante el año pasado, unos datos que, a cada doce meses que pasan, son mejores y sirven para dibujar una radiografía del turismo local. De hecho, la Catedral es la más pura de estilo renacentista que hay en España. Esto, entre otros valores, le vale para colarse como principal atractivo turístico en la capital, sin desmerecer la gran fortaleza que, desde el cerro de Santa Catalina, divisa el paso del tiempo y la rutina diaria de los ciudadanos de Jaén. Ubicada a la izquierda del castillo, en el punto más elevado de la ciudad, se observa una gran cruz, famosa si bien no por su valor intrínseco, sí por ser un perenne símbolo de la ciudad. Esta cruz monumental hace memoria a la que en aquel mismo lugar mandó colocar Fernando III, apodado el Santo, tras arrebatarle la fortaleza al rey Alhamar, y es que aunque este monumento se reconoce y caracteriza por sus grandes dimensiones, cuenta la leyenda que, en realidad, esta cruz había sido anteriormente de madera o piedra, y de unas proporciones mucho más pequeñas. Desde allí, las vistas de la ciudad son absolutamente sorprendentes, otro atractivo que se verá revalorizado con la consecución de las obras en el Parador que allí se encuentra.

Estos dos monumentos se erigen como las dos joyas que tiene Jaén y con las que puede presumir, y lo hace, ante el resto del mundo. En esta línea, el número de visitantes a sendos espacios no hace otra cosa que marcar una línea ascendente con visos a mantener la tendencia en el futuro. Las cifras aumentan y la capital, a pasos agigantados, se posiciona como una ciudad turística de primer nivel sin, desde el máximo respeto, nada que envidiar sus compañeras andaluzas.

Pero Jaén no es solo la Catedral o el Castillo de Santa Catalina. Su patrimonio no solo se circunscribe a estos dos elementos de envidiable belleza. La arqueología y el pasado íbero de la capital del Santo Reino pasa del verbo a la carne con Marroquíes Bajos, un yacimiento aún por explotar, pero que es buena muestra de la historia que rodea a la ciudad. Otro de los atractivos donde, además, se pone en valor esta faceta, es el Museo Íbero de Jaén, que va camino de cumplir sus dos años de andadura y que, aunque con la colección aún incompleta, ofrece un gran muestrario de elementos que relacionan a la capital con la histórica presencia íbera en el Santo Reino.

Los Baños Árabes, que son los más grandes y mejor conservados del país, sirven también como espacio para conocer la historia. Desde su restauración, se han convertido en el lugar idóneo para celebrar todo tipo de espectáculos relacionados con la música, las artes y, en general, la cultura. Los Baños Árabes de la ciudad de Jaén están situados en los sótanos del Palacio de Villardompardo, cuentan con una extensión de 450 metros cuadrados y fueron visitados, durante el año pasado, casi 100.000 veces, en concreto unas 97.400, lo que le hizo superar su propio récord con respecto al año anterior en 5.000 visitantes.

No todo es andar y visitar monumentos. La ciudad destaca por su rica gastronomía, por sus bares y restaurantes que, con esmero, se afanan en elaborar unos platos exquisitos y para paladares exigentes, algo muy valorado por los turistas que hacen de la capital del Santo Reino su destino vacacional. Cada vez son más. No se puede hablar de fogones en Jaén sin hacer mención al ingrediente estrella por su calidad, el aceite de oliva virgen extra. Este oro líquido no puede faltar en cualquier plato, elaboración, guiso o tapa que se precie. En este sentido, Jaén atrae por su riqueza monumental y, por supuesto, termina de enamorar por la exquisitez de su gastronomía. El que se va, vuelve de nuevo.

No todos los bienes son tangibles en la capital del Santo Reino. Hay acontecimientos que, en sí mismos, son grandes atractivos turísticos. Visto, comprobado y reconocido por los expertos en la materia. Un ejemplo de ello es la Carrera Urbana Noche de San Antón. Durante la última edición, los hoteles colgaron el cartel de completo en la capital. Más importancia cobra, si cabe, con las tradicionales lumbres, que se convirtieron, gracias a los colectivos vecinales y otras entidades, en todo un atractivo turístico que se extiende por otros lugares de la provincia más jaenera. Algo parecido ocurrió con el World Padel Tour, donde se llegó a datos que oscilaron el 90% de ocupación, algo que, a buen seguro, redundó en la hostelería y en los comercios. El patrimonio inmaterial de la ciudad se cuida, pues las manifestaciones culturales y deportivas, entre otras, redunda, en definitiva, en beneficio para Jaén. En otras citas importantes también se ha llegado a cifras formidables en el sector hotelero. Otro ejemplo de ello es Semana Santa, siete días de pasión cofrade donde Jaén está a rebosar, y eso se nota. La Navidad es otra de esas citas que, junto con la San Antón o Semana Santa, se alza como valor y atractivo turístico por la cantidad de actividades que se desarrollan entorno a la festividad. Jaén tiene bienes y sabe cómo explotarlos y venderlos. Eso se intentará hacer en la sexta edición de la Feria de los Pueblos, que arranca hoy con la intención de mostrar al exterior las bondades de la provincia y, en concreto, de su capital, de la que puede presumir en cualquiera de los aspectos.

En definitiva, entre unos bienes y otros, la ciudad es digno referente turístico no solo a nivel provincial, sino regional, nacional e incluso internacional. Cada vez son más extranjeros los que visitan la ciudad, una de las mejor valoradas por los turistas, que evalúan, según los últimos datos del Instituto de Cartografía de Andalucía, la buena calidad del servicio, entre otros elementos como el transporte y la relación entre la calidad y el precio. Unos valores monumentales, gastronómicos y culturales que forman parte de la idiosincrasia jaenera y que hacen que cada a la ciudad atractiva a ojos de los visitantes y, sobre todo, de sus propios vecinos. Unos datos que hablan por sí solos, apuesta de las administraciones públicas, esfuerzo privado y, en definitiva, un trabajo de todos a una para hacer ciudad, generar riqueza y encumbrar a Jaén a la cúspide del turismo internacional.