Volver a nacer sobre el césped

Un árbitro salva la vida a un jugador del Urgavona tras un golpe en la cabeza

07 sep 2016 / 12:30 H.

La suerte, muchas veces, se resume en estar en el sitio y en el lugar correcto en el momento perfecto. Antonio Jesús Castillo lo sabe bien. Hace días, en un partido contra el Villa del Río, el futbolista del Urgavona, equipo de Primera Andaluza, se golpeó brutalmente contra un rival, quedando inconsciente sobre el césped. Las alarmas se dispararon, ya que el jugador, en el intento involuntario de tomar aire, se tragó su propia lengua, una tragedia que ocurre más de lo habitual en los terrenos de juego y que en el fútbol amateur ya se cobrado demasiadas víctimas. Pero esta vez no.

Cuando despertó, entre un intenso dolor de cabeza y la desorientación del momento, Castillo solo veía lágrimas. Sus compañeros y los futbolistas rivales lloraban con las manos en la cabeza. Era de alegría. En la vida del arjonero se cruzó un salvador inesperado, el árbitro del partido, Daniel García, que en un gesto rápido y decidido introdujo sus manos en la boca del futbolista y le salvó la vida. Además, fue esencial la ayuda de su entrenador y dos enfermeras del Hospital Alto del Guadalquivir de Andújar que estaban disfrutando del partido y que ayudaron en la reanimación. “Me gustaría hablar con ellos y darles las gracias”, explica Castillo, que confirma que sí ha podido hablar con el futbolista con el que se golpeó. “Estoy muy agradecido. No me ha pedido perdón porque no tiene que hacerlo, fue un lance en el juego y hay que estar felices porque todo salió bien”, asegura el jugador.

El partido fue suspendido. Tras el incidente, se llamó a la ambulancia, que trasladó al jiennense al hospital de Córdoba. Allí estuvo varias horas hasta que se realizaron todas las pruebas, entre ellas una resonancia y un TAC, y se descartaron lesiones graves. “En los días posteriores me dolía mucho la cabeza, aunque ahora lo que me molesta es la boca por la fuerza que hicieron”, relata Castillo, que no podrá volver a los terrenos de juego hasta el mes que viene por prescipción médica.

El susto no podía ser más oportuno. El arjonillero dejó el Urgavona —antes AD Arjona— hace dos años, después de siete campañas, y volvió a retomarlo dos semanas atrás. “Me picaba el gusanillo”, explica el futbolista, que no tiene ninguna intención de ababandonar el fútbol tras el incidente. “He tenido mucha buena y muy mala fortuna a la vez, y eso que nunca he sufrido lesiones graves”, explica Castillo, que agradece toda la gente que le ayudó en el momento más crítico de su vida. “No soy consciente de lo que ha pasado todavía”, aclara el jugador, y es que la suerte de volver a la vida no se asume en un par de días.