Viaje a la Mezquita

    11 sep 2016 / 11:25 H.

    Los aficionados al Real Jaén con cierto pedigrí no pueden por menos que sufrir un cierto repelús de nostalgia cuando escuchan que el equipo se va a desplazar a la ciudad de la Mezquita a jugar un partido oficial. Una nostalgia casi invencible pues no ha pasado demasiado tiempo desde aquel famoso partido a que nos llevó nuestra última trayectoria en la Segunda División cuando el resultado timorato y medroso sirvió para un consuelo inmediato (“un punto es un punto”) pero abrió las puertas del declive que nos llevó otra vez al sitio que de tanto estar parece es el que conviene a nuestra capacidad. Aquel encuentro en Córdoba quedó presente en las hemerotecas con un tinte ajado y desvaído. Luego, al año siguiente, nuestra visita a la ciudad hermana también tuvo un colorido especial. En esta ocasión (mayo de 2015) ya no viajamos con aire de equipo grande porque nuestro contrincante era el Córdoba B y el partido se jugó en lo que llamaríamos un campo de barrio. Ese día ni siquiera conseguimos un punto pero sí que tuvo el aliciente del final de aquel tormento que se nos había colado en el alma en una segunda vuelta, quizá el período más calamitoso que hayamos vivido en los últimos años. “Se acaba la pesadilla” tituló Diario JAÉN el reportaje del partido y el triunfo no le sirvió para nada al equipo cordobés, que descendió, y a nosotros nos liberó de la pesadilla increíble. (Por cierto, ¡qué segundas vueltas venimos cargando últimamente a nuestras espaldas). Esta es la reciente historia de nuestras experiencias cordobesas y la nostalgia que nos puede embargar, “una tristeza fundada especialmente en el recuerdo”, en lo que pasó en las dos últimas visitas. Ahora, en el día de hoy, todos, club, técnicos y jugadores, y aficionados, tenemos la oportunidad de borrar estas malas resonancias. Hoy en Lucena, ciudad en la que se celebrará el partido, nuestro equipo tiene la posibilidad de anular la mala memoria. La nostalgia desaparece y se anula, dando paso a la fruición y al gusto, cuando recupera los momentos alegres que se perdieron. Esperemos que mañana noche lleven a cabo lo que buscan en su juego y haya aumentado el casillero de puntos. La alegría, ya lo dice el filósofo, ensancha el ánimo. Pues, a ver.