Tributo de Garri Kasparov a Rentero

El jugador ruso elogia en una carta la contribución del fundador del Torneo de Linares

28 dic 2015 / 09:28 H.

La figura de Luis Rentero no termina de acaparar elogios por la labor que realizó a la hora de promocionar el ajedrez y situar al Torneo Ciudad de Linares en la cúspide mundial Su pérdida es lamentada y las principales figuras reconocen su contribución. Una de las últimas que se ha sumado es Garri Kasparov, considerado como uno de los mejores ajedrecistas de la historia. El ruso mantuvo una estrecha relación con el empresario fallecido el pasado martes. En la ciudad linarense anunció su retirada de la alta competición, en una carrera que coleccionó numerosas cabrias de plata. Ahora le dice adiós a Luis Rentero en una emotiva carta, que fue difundida por el periodista argentino Carlos Ilardo, que tiene un blog de ajedrez en el diario “La Nación”. También parte del escrito se difundió en las redes sociales. Mig Greengard, secretario de Kasparov, fue el encargado de enviarle la misiva. En el escrito tiene palabras emotivas y destaca el trabajo de Rentero y el amor que profesaba por el ajedrez. “A don Luis lo recordaré siempre más que nada como un gran amante del ajedrez. Con sus propias manos creó de la nada el Wimbledon del Ajedrez, y de esa manera dejó su marca en la historia del juego ciencia para siempre”, comentó el ruso.

El fundador del Ciudad de Linares imprimió su sello y transmitió a los jugadores un espíritu competitivo. “No solo nos dio su apoyo material, sino que también nos transmitió su espíritu luchador. Don Luis fue el primero de todos que se lanzó contra los empates sin lucha. Por eso, cuando un jugador llegaba a Linares sabía que iba a una lucha sin cuartel y de máximo nivel y con alto grado de hospitalidad”, elogia. Y el epílogo de la carta refleja su grandiosidad. “En Linares siempre me sentí como en casa, ganase o perdiera. Por ello, todos los ajedrecistas siempre estaremos en deuda con don Luis Rentero. Muchos utilizan la frase que descanse en paz pero creo que eso a él lo aburriría; a él le gustaría que lo recordaran con un: ¡Luchador, por siempre!”, acaba.