Ricky Rubio: “Yo quiero jugar al baloncesto, pero no puedo”

El internacional revela su lucha interior durante toda su carrera, a la que no sabe si ha puesto punto final: “Nunca ha sido suficiente, piensas que esto va de vida o muerte”

07 jul 2025 / 10:49 H.
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El internacional español Ricky Rubio ha desvelado la lucha interior, por culpa de una autocrítica devastadora, en la que se convirtió su carrera desde su prematuro debut en la élite con solo 14 años. Con sus declaraciones, mantuvo en el aire su futuro, con una posible retirada definitiva que “cada día” parece más cerca por un quiero y no puedo. “Me gustaría jugar al baloncesto sin todo lo demás, pero es imposible, y sin ser Ricky Rubio. Yo quiero jugar al baloncesto, pero no puedo. Estoy exprimiendo al máximo para ver si realmente puedo”. Continuando, Ricky explicó que la respuesta cada día es más clara, pero es difícil puesto que “no sabemos todas respuestas”, dijo este domingo en una entrevista en el programa Lo de Évole, de laSexta, donde el jugador catalán quiso “desnudar” sus sentimientos como nunca.

El de El Masnou, que hace más de un año jugó su último partido profesional en el Barça hasta la fecha, repasó la acumulación de experiencias deportivas, con el punto de inflexión de su grave lesión de rodilla cuando era jugador de los Cleveland Cavaliers en la NBA, en diciembre de 2021, hasta pedir auxilio antes del Mundial de 2023, de donde salió de la selección española para cuidar su salud mental. “No quería ni coger el teléfono, porque yo sabía que me había roto”. Según el deportista, su primera reacción fue la de “esto no me ha pasado a mí, pero se van a cagar, y voy a volver más fuerte que nunca”. Desde aquella salida, Rubio mantuvo una sensación que no era capaz de entender, que el jugador interpretó de “enfado con el mundo”.

“Vuelvo a jugar. Hago toda la recuperación, la preparación para el Mundial. Y me voy al Mundial, pero tengo una sensación rarísima dentro.” Rubio se veía en el espejo al tiempo que pensaba “algo no va bien”, siguió contándole a Évole. “Pedí ayuda como supe”, explicó sobre aquella convocatoria con España.” Una de las noches que estaba en el hotel pensé que ya no quería seguir ya no con el baloncesto, sino con la vida. “En el Mundial, cuando digo paro, parece que me muero y que mi vida no tiene sentido”, añadió. Así paró Rubio, el niño oro de España que llegó a la NBA casi siguiendo un guion, sin estar satisfecho nunca por lo conseguido, siempre queriendo más. “Para mí nunca nada era suficiente. Uno de los espejos ha sido Pau Gasol, en cuanto al nivel de lo conseguido, y a mí me parecía que tenía que superarle”, confesó.

La sensación de cumplir con las expectativas, seguir el guion de la presión social, acompañó al base catalán desde que, de carambola, se vio con el primer equipo del Joventut con 14 años. “Jugaba porque me enamoraba la sensación de estar en un equipo, me gustaba ser el pillo, ver más allá, disfrutar de un instinto que tenía. Yo pensaba que podía con todo. A mi hijo le diría que no. No estás preparado. Todo viene de esa pretemporada”, explicó. El base repasó la presión mediática a la que hizo frente. “Vende muchos titulares, pero hay una persona detrás, alguien que con 14 años el cerebro no lo tiene desarrollado, no tendría que estar en ese foco. No estás preparado para vivir este mundo. Tienes que tener unas bases desde el inicio para soportar eso. Yo he tenido una base y unos valores que me han podido servir, pero que juegan también en mi contra: no creértelo nunca”, afirmó a Évole.”Para ti mismo, es una lucha constante. Cuando salgo a la pista pienso que voy a perder, así me esfuerzo más. Es un auto sabotaje que nunca me ha dejado triunfar. Nunca ha sido suficiente, si repaso mi trabajo no estoy satisfecho”, añadió, recordando una entrevista en su tercer año en la NBA en la que llegó a abrirse y recibió el consejo de no “enseñar su condición vulnerable”. “Me vi como en un mundo donde todo tiene que ser falso y bonito para triunfar porque si no, me frenaban”, confesó.

Rubio recordó otro momento duro, el Mundial de 2010, cuando sintió que falló a España. “Empieza la culpa, me voy a llorar solo en el lavabo, para que nadie me vea. Es una de las primeras experiencias que se van cargando”, comentó. Rubio incluso duda de si su salto a la NBA era realmente lo que quería. “¿Ganas? Yo creo que sí, pero no sé hasta qué punto estaba condicionado a tener que jugar en la NBA porque estaba triunfando. Sí ha sido una experiencia brutal, pero la persona hubiera estado más feliz”, confesó. “Veía ganar o perder como estar feliz o estar triste. Son pequeñas cosas que vas instaurando y piensas que esto va de vida o muerte”. Rubio afirmó haber pasado un mal tercer año en Estados Unidos, por lo que recibió una visita de sus padres tras aquella fatídica entrevista: “lloré en la cama con mi madre, ella me abrazó y me dijo ‘vámonos’.

Así, aprovechó para recordar también la relación con su madre y cómo de absorbido estaba por el baloncesto y su rutina, cuando ella enfermó de cáncer, que le arrebató la vida en 2016. “Mi madre me aceptaba sin intentarme convencer. Me daba una seguridad, alguien se preocupaba por mí. Yo no me permitía fallar en la rutina”, afirmó. Cuando murió mi madre, en 2015 empiezan a ir las cosas muy mal. En el parón por el All Star vengo a Barcelona, veo a mi madre como nunca la había visto y de vuelta, me voy pensando que no tenía que coger ese vuelo. Por suerte, mi madre creo que me esperó, llego a finales de abril, estoy cuatro semanas con ella. Si no me llega a esperar, yo creo que no me lo hubiese perdonado nunca”, recordó. Mientras su mujer se encontraba en el hospital, a expensas de dar a luz a su primer hijo, Rubio afirmó a Évole tener tratamiento en la misma habitación del lugar. “No sé si mi sueño era jugar en la NBA, pero sí que mi sueño era ser padre, y a los dos días me voy a jugar.” Recuerdos que hoy Rubio tilda como salvajadas. “Y suerte que estuve en el nacimiento.

Rubio, de 34 años, comentó hace un mes que estaba en periodo de reflexión, sin ser “una despedida” al baloncesto, aunque para volver a jugar tendría que volver a disfrutar. “Echo un poco de menos el baloncesto, pero me gusta jugar al baloncesto sin nada exterior, se lo pasan muy bien (en una liga con amigos)”, declaró entonces. “Estoy intentando encontrar el disfrute del baloncesto sin todo lo que repercute. Voy a tratar de aprender a jugar otra vez para divertirme”, afirmó en la entrevista. Además, Rubio valoró el caso del futbolista azulgrana Lamine Yamal, de 17 años. “Se le está dando una responsabilidad a un niño que igual no está preparado, porque juegues bien parece que tengas que manejarlo todo. La influencia que tiene él en los jóvenes, como mi hijo: ¿Le están formando para saber eso? ¿Él es consciente de aceptar esa responsabilidad? ¿Como sociedad le tenemos que exigir esa responsabilidad?”, reflexionó sobre la estrella del Barça.

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