Maradona es “Dios” en Nápoles

Los vecinos de la ciudad italiana seguro que reclaman al “Pelusa” para frenar la covid-19

17 may 2020 / 11:50 H.
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Corren malos tiempos, tiempos de duda... Unas personas tratan de evadirse, huyen de la realidad. Otras, quizá, alcen la mirada hacia el cielo pidiendo explicaciones. En Nápoles este ritual puede variar notablemente, pues unos pueden pedir respuestas a San Genaro y otros, seguro, que se las piden a Maradona. Solo hay que adentrarse en esta bella y particular ciudad del sur de Italia para darse cuenta de que no es una población cualquiera. Entre los adoquines deformados y el caos, uno “se encuentra” siempre a Maradona. Aunque no se vea física ni gráficamente, está porque Diego Armando Maradona es el padre de todos los napolitanos.

Italia ha sido golpeada fuertemente por la covid-19. Se puede imaginar, por lo tanto, a una Nápoles pidiéndole a “D10S” que haga que todo pase. Seguro que echan de menos el sentimiento alegre y placentero de cuando ganaron en 1987 la primera Liga italiana con “el pelusa” en sus filas.

Seguramente los napolitanos hubieran querido ver a “su padre” regatear a la covid-19 como hacía con los contrarios en San Paolo porque, si por ellos fuera, Maradona todavía jugaría con el equipo de su ciudad. Cuando llegué a Nápoles ya empezaba Italia a estar aturdido por la covid-19 pero eso no hizo que el turismo “maradoniano” acabase. Luigi Espósito estaba delante del espectacular mural de Maradona, situado en la Via Emanuele, cuando llegué. “Solo un jugador como Maradona puede dar tanto a una ciudad y ser tan querido”, exclamó el joven, que vive en Roma y era la primera vez que visitaba la ciudad de Nápoles, de los que aman a Maradona.

Paseando por la Plaza del Plebiscito encontré a cuatro niños de entre 13 y 15 años jugando a la pelota. Conversando de fútbol y de Maradona, uno de ellos me sugirió que no hablase mal de Diego en Nápoles. “Te pueden tratar de loco”, me dijo. En el barrio de Forcella, concretamente en la Via Vicaria Vecchia, hay numerosos puestos de venta de artículos y recuerdos típicos de Nápoles e, inexorablemente, no podía faltar el recuerdo del amado de todos los napolitanos: Diego Armando Maradona. “Llévate a Maradona y no tendrás la covid-19”, me dijo un tendero. Mi sonrisa fue inmediata. Pregunté si los recuerdos de Maradona se vendían bien, a lo que me contestó que era de las cosas que más se llevaba la gente.

Me despedí de Nápoles con cierta tristeza. Pero ahora me estoy imaginando cómo los napolitanos están esperando a que “su padre” les devuelva la alegría y la felicidad que les transmitió durante las siete temporadas que jugó en la ciudad italiana. Esta vez, la alegría será por meterle un gol a la covid-19 y no en aquella portería de San Paolo.

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