Más pólvora para despegar

El empate logrado en el partido pendiente frente al Melilla ha sabido a gloria en el vestuario del Linares, a pesar de que se consiguiera con un fútbol rácano y con un planteamiento más que defensivo. Para Torres, como declaró en la sala de prensa del Estadio Álvarez Claro, es un punto más en el casillero y una jornada menos para lograr el objetivo de la permanencia. Una mentalidad conformista que no acaba de gustar en la grada de Linarejos, pero que, al parecer, conduce hacia la permanencia. La próxima parada del conjunto azulillo es la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros, donde le espera un Sevilla Atlético que ha perdido fuelle en las últimas jornadas con resultados más que discretos ante equipos de la zona baja de la clasificación, como el Melilla y el San Roque de Lepe, con el que cayó derrotado el pasado domingo por dos tantos a cero. La afición confía en que el equipo sea más ambicioso en Sevilla y salga a por la victoria.

Torres recupera para este partido a dos jugadores muy importantes en su esquema de juego, el mediapunta Kike Boula y el delantero Rafa Payán. El primero no viajó a Melilla por cansancio, después de los compromisos internacionales de su selección en la fase de clasificación para la Copa de África, mientras que el segundo se quedó en casa para cumplir la sanción impuesta por el Comité de Competición por acumulación de amarillas. En principio, salvo sorpresa de última hora, ambos podrán viajar hasta la capital andaluza y formar parte del once inicial. Más duda plantea la presencia del mediocentro David Gámiz, quien continúa realizándose pruebas para saber cuál es el alcance de sus problemas físicos, por lo que su participación está en el aire. El único que está descartado definitivamente es Rodri por una rotura muscular, que lo tendrá apartado de los terrenos de juego al menos dos semanas más.

Así, el entrenador azulillo podrá alinear un once de garantías y, lo que es más importante, plantear el partido con algo más de pretensiones, dada la decepcionante imagen que el Linares ha ofrecido en los cuatro últimos encuentros de Liga, en los que se ha visto superado ampliamente por sus rivales, sobre todo en la primera mitad. Quizá sea esto lo que más inquieta a la hinchada. La inseguridad que muestra el conjunto azulillo en el momento determinante de la temporada es más que preocupante.

Nada más poner pie en Linares, después del largo viaje desde Melilla, la plantilla se fue directa al Municipal de Linarejos para realizar una suave sesión de entrenamiento. Los profesionales charlaron sobre el césped del partido del miércoles y de las siete jornadas que quedan para el final de la competición, en la que el Linares debe sumar, como mínimo, nueve puntos para no verse abocado al descenso. Esos cálculos pasan por ganar los tres partidos que restan en casa, frente al Almería B, al Jumilla y al Real Jaén, sin despreciar la posibilidad de rascar algún resultado positivo en los desplazamientos a Sevilla, Mérida, Murcia y Huelva. Todo pasa por la manera en la que los afronte en Linares. Los seguidores esperan que Torres salga a ganar alguno de estos encuentros, toda vez que nada tiene que perder, ya que son equipos con mayor presupuesto y plantilla que la suya.

Desplazamiento. Quien no faltará a su cita es la afición. La Federación de Peñas ya ha completado un autobús para viajar el domingo a Sevilla, al que se sumarán numerosos vehículos particulares, por lo que, una vez más, el equipo se verá arropado por su hinchada. Así, se calcula que unos ciento cincuenta seguidores azulillos presencien el choque frente al filial sevillista en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros. El apoyo que reciben los futbolistas de la afición es para enmarcar. Muy pocos clubes del Grupo IV de Segunda B pueden presumir de una afición tan fiel, como demuestra cada jornada tanto en el Municipal de Linarejos como fuera.