La rutina del confinamiento

La plantilla del Jaén Rugby se ejercita en sus casas cuando está a una victoria del campeonato

07 abr 2020 / 11:30 H.
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Es una espera tensa marcada por la incertidumbre en un equipo que había logrado 20 victorias en 21 partidos jugados y que está a solo un éxito para conquistar el título de la División de Honor B. La plantilla de Jaén Rugby está confinada en sus casas y las han convertido en improvisados gimnasios con material propio o procedente del club. Todos excepto el neozelandés Timoti Marr, que ha preferido pasar esta pandemia en su país. Ni ellos, ni el cuerpo técnico, se imaginaban cuando el 12 de marzo abandonaron el campo de Las Lagunillas que aquél entrenamiento iba a ser el último. Tampoco la directiva esperaba que la competición iba a quedar en el aire casi dos meses. Los entrenadores, Juan Alfredo Cerván y Nicolás Sanfilippo, han diseñado un plan de trabajo general orientado a que el grupo se mantenga activo física y mentalmente. La falta de espacio hace prácticamente imposible realizar un trabajo aeróbico en movimiento, por lo que éste se ha sustituido por ejercicios intermitentes de gran intensidad o un entrenamiento funcional. Las sesiones son diarias y, como mínimo, deben durar una hora. Cualquier elemento que pese sirve para mantener el tono muscular. “Los escenarios posibles son muchos y los jugadores son consciente de ello”, asegura Eduardo Sánchez, que preside una directiva maniatada por la incertidumbre. La Federación Española mantiene suspendida la competición y hasta el 30 de abril no se sabrá si se juega el último partido.

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