Gallopin lidera un final de clásica

Un trepidante final digno de las clásicas primaverales que se celebran en el centro de Europa. La temperatura era bien distinta a la de estas citas cuando la séptima etapa de La Vuelta Cicilista a España llegó a la provincia jiennense tras recorrer 185,7 kilómetros desde Puerto Lumbreras (Murcia) a Pozo Alcón, enclave cercano al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. De hecho, el pelotón pasó por el municipio, colindante con la provincia de Granada, en una primera ocasión antes de dirigirse al Alto de Ceal, de tercera categoría, y atravesar Hinojares, donde se instaló un esprint intermedio a poco más de 8.500 metros de la meta ubicada en la avenida de la Bolera de Pozo Alcón.

El ciclista francés Tony Gallopin (AG2R) logró su primera victoria en La Vuelta como ciclista profesional en esta llegada a la provincia jiennense al imponerse en un gran final al resto de favoritos, mientras que Rudy Molard (FDJ) sigue líder.

Una etapa que no prometía demasiado sobre el papel dejó un final trepidante, duro, con varios ataques de hombres importantes como Emanuel Buchmann (Bora) o George Bennet (Lotto-Jumbo) que no pudieron ser tan efectivos como el de Gallopin, que pilló a contrapié al resto a falta de dos kilómetros.

Gallopin, en la que también fue su primera victoria en una etapa en línea de la temporada, logró un colchón de cinco segundos sobre el gran grupo, que lideró un Peter Sagan (Bora) que se quedó sin premio pese a superar con autoridad a los españoles Alejandro Valverde (Movistar) o Eduard Prades (Euskadi-Murias) que tampoco dejaron de intentarlo hasta el último momento.

La etapa comenzó con la característica fuga, que se consolidó tras pocos kilómetros de carrera, integrada por Alexis Gougeard (AG2R), Michael Woods (Education First-Drapac), Floris De Tier (Lotto-Jumbo), Nicola Conci (Trek-Segafredo), Edward Ravasi (UAE Team Emirates), Alex Aranburu (Caja Rural-Seguros RGA) y Óscar Rodríguez, del equipo invitado Euskadi-Murias.

Michael Woods, su último superviviente, fue cazado a escasos 500 metros de coronar el Alto del Ceal (tercera categoría), de 4,5 kilómetros y 5,4% de pendiente media, que se coronó a solo 12,7 kilómetros de la llegada. Un alto que fue punto de inflexión, pues cerca de él pinchó Dan Martin (UAE), tuvo problemas mecánicos Nairo Quintana (Movistar) y se fue al suelo Michal Kwiatkowski (Team Sky), el que fuera líder hasta hace dos jornadas antes de dar el testigo a Molard.

Lluis Mas (Caja Rural-Seguros RGA) atacó en el descenso de este último puerto de la etapa, provocando una cadena de ataques como el de Wilco Kelderman (Team Sunweb), al que le siguieron tres corredores, y finalmente también el laureado Alejandro Valverde (Movistar), que era candidato a ganar la etapa. Poco después, en un repecho en Hinojares —esprint intermedio— a siete kilómetros de la línea de meta, George Bennett (Lotto-Jumbo) y Gianluca Brambilla (Trek-Segafredo) probaron fortuna, aunque fue el español Jesús Herrada (Cofidis) quien estuvo cerca de lograr escaparse, pero sin éxito.

Finalmente, a dos kilómetros de la meta, Gallopin atacó en el reducido grupo de cabeza y no solo llegó alcanzar a Herrada, sino que superó con fuerza al excampeón español para irse en solitario hacia la victoria y así ganar un buen pulso a un pelotón en el que unos incansables Sagan y Valverde entraron en cabeza.

Gallopin, con este triunfo, la diferencia marcada y las bonificaciones, es ahora quinto en la general provisional a 59 segundos de Rudy Mollard (Groupama-FDJ), que logró retener el maillot rojo de líder en una jornada bastanta plácida para sus intereses. De cara a esta mañana, la octava etapa partirá de Linares y llegará a Almadén tras 195,1 kilómetros, con un recorrido llano y largo con un solo pequeño puerto de tercera categoría, lejos de meta. No obstante, los últimos kilómetros pican hacia arriba y, salvo fuga, será otra oportunidad para hombres potentes como Sagan, Kwiatkowski o Valverde, que volverán a partir como favoritos para conquistar una octava etapa de La Vuelta Ciclista con un final más hecho a su medida.