El Atlético se venga del Bayern y llega de forma épica a la final

Griezmann y Oblak son las figuras de un equipo que sufre en el campo

03 may 2016 / 12:00 H.

El Atlético de Madrid se clasificó para la final de la Liga de Campeones pese a perder con el Bayern de Múnich por 2-1 en el partido de vuelta de semifinales después de un partido loco, con dos penaltis fallados, y con un gol de Antoine Griezmann que bien valió un billete a Milán para el conjunto rojiblanco. El Atlético había jugado una final de Copa de Europa en toda su historia hasta la llegada del Cholo Simeone. Cinco campañas después los colchoneros disputarán su tercera. El Atlético cambió su propia historia. Y lo ha hecho con una idea muy clara y jugadores que se definen por su trabajo, no por su glamour. “Sí se cree y se trabaja, se puede”. Es un filosofo, un predicador que no sólo entrena a 11 jugadores, lo hace también con sus aficionados. Una doctrina, la cholista, que ha cambiado la historia rojiblanca escribiendo con letras de oro un nuevo éxito colectivo. “No estoy aquí para gustar a los otros, estoy aquí para ganar”, dijo Simeone en la previa. Y ahí, entre la vida y la muerte, no hay nadie mejor que el Atlético de Madrid. Menos mal que jugó un Jan Oblak sensacional, vital en el trascurso de la primera mitad tras detener un penalti a Muller, que dejó con vida a los suyos. El esloveno, el mejor durante todo el encuentro, adivinó las intenciones del germano cuando apenas había pasado media hora de partido. En ese momento, el Bayern ya ganaba 1-0 con un gol de falta marcado por Xabi Alonso. El tolosarra, tras tocar en Giménez, allanó el camino de los muniqueses. El cambio de Carrasco por Augusto fue decisivo para que los atléticos dieran tres pases seguidos con la pelota. La mejora fue evidente y, fruto de ello, una jugada combinativa entre Fernando Torres y Griezmann terminó en los pies del francés que no falló ante Neuer Se reactivaron los de Guardiola con un gran gol de Lewandowski, asistido por Vidal, pero volvieron a la carga los madrileños con una cabalgada de Torres que acabó en penalti. El de Fuenlabrada falló dy entregó la última bala a su rival, que no dejó de intentarlo, aunque al final el éxtasis fue atlético.