Un merecido homenaje a una vida entregada a la música

Cuando el jurado del Oliva Voz Talent ya había emprendido su dura tarea de análisis antes de emitir su veredicto final, llegó uno de los momentos más especiales de la celebración de la gala, el del reconocimiento a una notable figura de la música jiennense. El Premio a la Excelencia Musical de esta edición del Oliva Voz Talent fue a parar a Rogelio Rojas, artista musical con una de las carreras más prolíficas de la provincia. Compositor y director de orquesta, amén de profesor de violín en el Conservatorio Profesional de Música Ramón Garay y componente, en sus inicios, del mítico grupo Apache, es autor del Réquiem a Alfonso Duro y Sinfonía Vandelvira para Orquesta y Coro. De él, la presentadora de la gala, Alma Mesa, destacó que “ha llevado su música y la pasión por la misma desde Méjico hasta Suecia y Noruega”, antes de que el Teatro Infanta Leonor rompiera en aplausos hacia Rojas. El director general de Macrosad, Andrés Rodríguez, y Jessica Ruiz, miembro del jurado del concurso, tuvieron el honor de hacer entrega del merecido trofeo al músico.

“Cuando uno recibe un premio, lo primero es el agradecimiento”. De este modo comenzó Rojas su intervención, en la que quiso acordarse de su mujer, Lola, y su hija, Lucía, “que soportan mis ausencias en casa, no sólo de gira, sino haciendo arreglos musicales y otros trabajos”, dijo. Además, Rojas también quiso acordarse de más gente que ha resultado, de alguna u otra forma, clave a lo largo de su trayectoria profesional: “También se lo agradezco a mi mecenas, Eleuterio Muñoz, a Juan Espejo, a Chema Cantón y a Pepe Díaz, de Rosetas, que me lo han dado todo cuando lo he necesitado”, expresó antes de terminar: “No esperaba que por una obra de un compositor jiennense en la Catedral se interesaran 800 personas y 100 se quedaran en la calle”, refiriéndose a su réquiem, por lo que aseguró: “Me siento muy querido”.