Un libro con una gran dimensión filosófica

José Miguel de la Torre Laguna presenta una novela escrita con el esfuerzo literario de cuatro manos

10 jun 2025 / 07:00 H.
Ver comentarios

LA ENTREVISTA

José de la Torre Márquez y José Miguel de la Torre Laguna, padre e hijo, presentan su novela “El niño que hablaba a la encina centenaria”, que narra la amistad entre José, un niño tenaz y aventurero, y su abuelo Laureano, quien le enseñó a caminar y a enfrentar la vida con valentía. José de la Torre Márquez, nacido en Alcaudete en 1948 revive sus recuerdos de infancia mientras que José Miguel de la Torre Laguna nacido en Málaga en 1981, aporta matices oníricos y mitológicos creando una obra donde la creatividad y el legado familiar se entrelazan de manera vibrante, informa José Joaquín Amador.

—¿Cómo fue el proceso creativo de la escritura del libro?

—Ha sido un proceso arduo. Dos años de trabajo, en el cual mi padre por una parte iba escribiendo todos sus recuerdos hasta que emigró a Madrid, desde los once meses hasta los dieciséis años. Y yo que provengo del mundo del guión lo que hice fue apropiarme de esos recuerdos con elementos mágicos. Por ejemplo el título está relacionado con una costumbre que era hablar con los arboles y con esta encina centenaria de la que hablamos en el libro. Hemos conjugado sus vivencias y sus memorias, hacer un alegato en favor de la naturaleza, de la conservación de los árboles. Hemos querido dar valora una especie animal que por desgracia denostada, como es el lobo ibérico.

—El libro refleja con fuerza la relación entre José y su abuelo. ¿Está basada en vivencias reales?, ¿cómo fue trasladar esos recuerdos personales al papel?

—Lo que hicimos fue escribir sus recuerdos, él tenía una relación muy especial con su abuelo Laureano, quien le enseñó a todo, a enfrentarse a la vida. Su abuelo era alguien estricto, de campo, y a la vez que eran tan estricto tenía una gran imaginación. Hablaba a los arboles, a los animales y esos recuerdos se los inculcó a mi padre.

—La historia transcurre en los olivares de la Sierra Sur de Jaén en plena posguerra. ¿Por qué eligieron este contexto y qué importancia tiene para la trama?

—Lo que queríamos conseguir era dar voz a los campesinos en la posguerra en tiempos aciagos. Personas que no tuvieron voz, en definitiva, honrar a nuestros antepasados. En el libro también se narran algunos capítulos de la Guerra Civil, por ejemplo, el bombardeo que sufrió Jaén, el bombardeo que sufrió Alcaudete, o el traslado de los prisioneros al campo de clasificación.

—El abuelo Laureano pierde la fe y se encomienda a la madre naturaleza. ¿Podemos decir que esta novela también tiene una dimensión espiritual o filosófica?

—Sí, así es. Tiene esa dimensión espiritual y filosófica al comienzo del libro. En él, hay un personaje que es un curandero que realiza milagros, sin embargo para con respecto al protagonista, finalmente no le realiza ninguno. En ese momento, pierde la fe porque no puede curar a su hija. Se encomienda entonces a la madre naturaleza, a la encina centenaria. La encina respondería pues al llamado y ruego del abuelo.

—¿Qué esperan que sienta el lector cuando termine de leer el libro?

—Esperamos, primero, que se hayan entretenido, que lo hayan disfrutado porque lo hemos escrito para que se diviertan. Que conozcan la idiosincrasia de la sierra sur tanto para las personas que la conocen como para aquellas que no. Dar a conocer pueblos como Alcaudete y Castillo de Locubín y que sientan apego sobre los personajes y se encariñen de su figura y su historia. En definitiva, que se lleven una enseñanza sobre la voz de estos campesinos y como sobrevivieron.

—¿Cómo fue la presentación del libro en Alcaudete?

—Hemos tenido un cálido recibimiento. Gracias a la asociación Amigos de Alcaudete que nos ha tratado muy bien. Nos propusieron presentar el libro y nos han dedicado una reseña en la revista donde se pone en valor como esta novela es importante porque refleja un tiempo olvidado. Refleja como eran los alcaudetenses en los años 40 y 50.

—¿Qué es lo que recuerda con más pasión de su infancia?

—Sobre todo lo que era la relación con el abuelo y con la abuela, que fueron las personas que le criaron porque su madre estaba enferma en aquellos momentos. Lo que recuerda con pasión son las noches en la era. También recuerda con efusividad aquellos cuentos infantiles que le contaba su abuelo.

Cultura
set (1 = 1)