Un itinerario hacia el silencio y la soledad como caminos de autoconocimiento

LA ENTREVISTA

La publicación “Elogio Espiritual de la Búsqueda” no es solo un ensayo, sino una invitación a detenerse y mirar hacia dentro, a reencontrarse con las preguntas esenciales que habitan en lo más profundo del ser humano. A través de esta obra, el autor traza un itinerario hacia el silencio y la soledad como caminos de autoconocimiento, en contraste con la evasión y el entretenimiento que caracterizan al mundo actual. En esta entrevista, el autor reflexiona sobre el miedo a estar con uno mismo, la necesidad de reconectar con lo esencial y el sentido de agradecer lo que descubrimos.

—¿Qué le llevó a escribir este libro, en una época en la que se valora más lo instantáneo que la introspección?

—He intentado dar la respuesta a un anhelo que estaba ahí como profundo, en la profundidad del ser humano, y que parece ser que no se termina de contentar con todas las distracciones, todas las prisas y las actividades que hacemos a lo largo de todo el día, sino que parece que la respuesta está en otro lugar. Yo entendí que sería bueno darle un elogio a esa búsqueda, una manera de dar de valor a eso que en el fondo todos tenemos y compartimos como seres humanos.

—¿Qué papel tiene el silencio en este proceso de búsqueda del que habla? ¿Nos da miedo parar y escucharnos?

—Yo pienso que sí que nos da miedo parar y quedarnos solos con nosotros mismos, de hecho el exceso de estímulos y distracciones precisamente intentan tapar muchas veces esa sensación de vacío que albergamos y que parece ser que la soledad lo intensifica, pero sin embargo el camino pasa justamente por lo contrario, pasa por abrazar esa soledad y ese silencio que nos permita el encuentro con nosotros para encontrar que la respuesta tiene que venir desde otro lugar, entonces el silencio es no solo una posibilidad o una condición de posibilidad, sino que también es un medio para callar.

—¿Cuál es el mayor obstáculo que encuentra el ser humano actual para mirar hacia dentro?

—El mayor obstáculo pienso que está en la cantidad ingente de distracciones que hemos generado para, en principio, buscar la comodidad en la vida y el divertimento. Las distracciones nos han hecho estar con la atención tan fuera de nosotros que nos ha llevado a la dispersión.

—¿Qué le gustaría que quedase en el lector después de cerrar la última página de Elogio Espiritual de la Búsqueda?

—Sería hermoso que el lector pudiese decir gracias, pero no gracias al libro ni gracias a mí, sino gracias a los que ha ido descubriendo de sí. Yo pienso que si el lector dice gracias respecto a lo que descubre de sí, será la mejor manera que tenga para contestar al don que es en la vida y la granularidad de la misma.