Un baile real conquista la capital
El Russian National Ballet lleva al “Infanta Leonor” la danza La bella durmiente

El Festival de Otoño regaló a los jiennenses la oportunidad única de disfrutar de una de las producciones con más renombre en el ámbito internacional. Se trató de La bella durmiente, una obra conocida del francés Charles Perrault popularizada por la versión realizada por Disney y llevada a formatos musicales y cinematográficos, siempre con gran éxito. En esta ocasión, la capital acogió esta escenografía bajo el sello del Russian National Ballet y en formato de danza. Esta obra contó con la música del ruso Piotr Ilich Chaikovski, a cuya memoria está dedicada.
La cita reunió a grandes y pequeños en el Teatro Infanta Leonor de Jaén y puso sobre las tablas una elegante y magistral representación de danza clásica para contar la conocida historia de la princesa en tres actos bien diferenciados, iniciados con un prólogo en el que el rey Florestán XIV celebra la ceremonia de bautizo de su hija Aurora.
Continuó la representación con El hechizo, el momento en el que la damisela cumplió 16 años. En su fiesta, las muchachas campesinas, brillantemente vestidas, bailaron un desvío con flores guirnaldas, con múltiples círculos que recordaron al vals. Su protagonista deslumbró al público con un adagio realizado con una pierna levantada y doblada detrás de ella y un brazo curvo subido por encima.
La visión y El despertar fue el segundo acto, que estuvo divido en dos partes, y que se realizó tras un descanso. En él, se mostró la vida del príncipe Encantador y de las hadas que cuidaban de la princesa en el bosque, donde los protagonistas se encuentran y él la despierta con un beso de amor verdadero. Una de sus escenas más destacadas mostró a Aurora bailando, lírica y románticamente, en medio de un cuadro formado por sus cuidadoras y unas ninfas.
Finalmente, La boda fue el último de los actos y el gran broche de oro de la producción rusa. Entre bailes regios y formales, típicos de la corte real, y arabesques, croisés, piruetas y reverencias, el enfrentamiento artístico entre el bien y el mal brilló con fuerza en el teatro jiennense, donde el público, emocionado, despidió a la compañía rusa entre aplausos y ovaciones. El escenario quedó, así, transformado en un suntuoso salón, adornado con columnas escultóricas y una escalera circular de oro coronada por un cielo azul. Allí asistieron otros personajes de cuentos, como fueron Ricitos de oro, un oso, Caperucita Roja, el lobo, El gato con botas, Barba Azul y algunos más, todos invitados de honor en una cita musical llena de danza, profesionalidad, elegancia y, sobre todo, ilusión.