Recuerdos que visten de color la huella de la ciudad

Recuerdos de una ciudad, imaginada o real, donde los colores adquieren protagonismo y las líneas apenas son capaces de contener las emociones presentes en cada uno de sus rincones. El arte de la jiennense Tusti de Toro encandila al visitante, con paisajes que hipnotizan, ya sea una calle, una catedral o la nostalgia de un atardecer. La sala de exposiciones del Edificio Moneo, en el antiguo Banco de España, acoge sus obras hasta el 27 de diciembre. Amigos y familiares arroparon a la artista en la presentación, donde se conocen varias facetas de ella.

Por un lado, la visión como dibujante, donde se exhiben las imágenes que diseñó cuando se encontraba como ilustradora de la revista Aldaba. En ella, según cuenta la propia artista, se basaba en textos de escritores que enviaban a la publicación y ella, con las imágenes que le inspiraban y evocaban las palabras de los autores, imaginaba un mundo diferente, unas líneas y dibujos en particular que volcaba después en papel.

Después, la exposición muestra también el lado de la obra más artística y de gran formato. En ella las ciudades cobran relevancia. “Algunas son reales, otras imaginarias, o de las que vienen del recuerdo, de la nostalgia, y se mezcla la memoria con la realidad”, cuenta la jiennense. Ciudades donde los edificios se mezclan con el paisaje y el fondo, líneas entrelazadas que surgen también desde el interior. “Un paisaje puede tener algo de ti dentro, lo mismo ocurre con las ciudades, que pueden contener una impronta de las personas y yo trato de mostrarlo desde una visión reflexiva y particular”, apunta la pintora.

Entre sus obras, destaca especialmente las que están inspiradas en el mar de olivos, donde la Catedral protagoniza el cartel anunciador de la exposición. “Nunca he perdido ni mi referente ni mis raíces”, afirma, y habla de cómo las pinceladas se mezclan con la imaginación. “A veces en el recuerdo está presenta también la añoranza, porque he estado lejos y lo quiero recuperar”, dice, en referencia a los cuadros donde Jaén o Martos destacan entre los demás. “Soy una enamorada de mi tierra y todo lo que me ha ofrecido la ciudad”, cuenta la artista. De hecho, una de las obras a las que más cariño tiene es en la que aparece un detalle de la parte trasera de su casa. “Ahí hemos estado mis hermanos y y sobrinos desde pequeños, y cuando vienen de visita nos acercamos, buscamos la puesta del sol, es un recuerdo muy especial”.

Entre la vanguardia y la tradición, el sello personal de Tusti de Toro se observa en cada uno de sus cuadros, que parafrasea a Sonia Delaunay: “El color es la piel del mundo, como dice ella, y yo me identifico mucho con esa idea”. Otro de sus referentes es Kassia St. Clair, con La historia secreta del color. “Es mi libro de cabecera y me inspira en mi obra artística”.