Nuestro Padre Jesús de los Descalzos

Ni plaza, ni rincón ni calle. Edificio, tampoco. Pero a ver en qué otro “monumento” de Jaén desembocan tantas cosas, tantas emociones como en la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, “El abuelo”, que rebosa leyenda y, cómo no, destila poesía con pelo artificial o desnudo de indumentos, allá en ese Camarín donde, tanto tiempo después, Jaén cumplió su más larga y agónica promesa devolviéndolo al sitio de su origen. El Archivo Histórico de Diario JAÉN rescata hoy, este sábado lírico, el paso del Señor de los Descalzos por la no menos sugerente Plaza de Santiago, un Viernes Santo de hace más de cincuenta años. Para verlo pasar se agolpaba las gentes, como sigue ocurriendo, y por eso y porque Él refleja, mejor que cualquier espejo, el ser más entrañable de aquí Jaén, más que verso, se hace hoy poeta para cantarle a su hijo predilecto, para decirle que ese Cirineo que lo acompaña no es otra cosaque el alma misma de esta tierra. Entre lo mejor de Jaén se yergue la encorvada figura de su Nazareno, y toda la poesía es poca para hablarle con un idioma trascendente, a la altura de su sencillez anónima.