Mundo de golosinas y de ilusión

La academia de Música y Danza Antonio Soler ofrece un increíble espectáculo en el Infanta Leonor

23 jun 2019 / 16:52 H.

Golosinas, ilusión, música y baile fueron los ingredientes de la actuación que llevan meses preparando en la Academia de Música y Danza para que sus jóvenes demuestren lo mucho que han aprendido dentro de la obra Sugar.

El escenario del Teatro Infanta Leonor fue testigo de cómo la danza y los caramelos pueden casar de una manera muy dulce. El punto de partida de la historia es el de una niña llamada Greta que se indigesta tras tomar muchas chucherías. Por este motivo tiene que ir al hospital y quedarse ingresada, el problema es que en su mente todo está relacionado con las golosinas y de noche cree que todo lo que ve son caramelos.

“Hemos querido trabajar este tema para que los niños pequeños sean conscientes de la alimentación y que comer bien y sano es muy saludable y que, a veces, las chucherías nos pueden jugar una mala pasada. Hemos querido hacer este guiño y a la vez que aprendan sobre alimentación”, explica Estefanía Martínez Rayo, profesora de Danza Clásica y Contemporánea de la Academia Antonio Soler.

Desde septiembre llevan preparando esta actuación, desde la trama, la escenografía, los bailes, la música y los ensayos. Un esfuerzo que en los últimos meses ha sido aún mayor para lograr que el espectáculo fuese perfecto. “He gestionado y realizado toda la historia bebiendo de fuentes que vienen de la danza clásica y que son las que a mí realmente me orientan para crear todas estas tramas. Trabajamos en equipo tanto los de música como los de danza para hacer un buen trabajo y que sea mágico para los niños”, sentencia.

Con una escenografía diferente y muy curiosa, los espectadores pudieron entrar dentro de la mente de Greta y viajar por un mundo de golosinas y dulces para disfrutar de distintas áreas artísticas y, a la vez, llevarse a casa el mensaje de que las chucherías no siempre son buenas, al menos no sin moderación.

“Este año las niñas más pequeñas han preferido que, en la fiesta de fin de curso, en vez de que hubiese golosinas que fuese de frutas. En ese momento te das cuenta de que el mensaje ha calado en ellos realmente y es muy importante. Trabajamos con niños y somos el foco referente para ellos”, explica Martínez sobre la importancia de crear obras que enseñen valores y tengan una temática clara.

A través de la música y de la danza flamenca, contemporánea, urbana o clásica, el público disfrutó en todo momento de un gran espectáculo y de unos personajes entrañables como el señor Mister Regaliz o el doctor Horchata y sus dulces enfermeras. Una obra en la que el hilo conductor es un mundo de golosinas que permitió a los asistentes más pequeños disfrutar y a los mayores rememorar su infancia.