Manuel Díaz, “El Cordobés”: “Es todo un regalo de la vida el volver a vestirme de luces”

El diestro vuelve a Villanueva del Arzobispo el próximo 8 de septiembre

29 ago 2022 / 18:25 H.
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Es Manuel Díaz “El Cordobés”, un torero que sigue manteniendo su idilio con la afición. Su simpatía, carisma y forma de tratar a todo aquel que pasa por taquilla, le ha llevado a ser un ídolo de masas que atrae a pequeños y mayores.

Manuel sabe lo que es triunfar en los ruedos pero también conoce lo que es el sufrimiento y estar apartado de los ruedos de forma forzosa. Dos prótesis de cadera, eternas sesiones de rehabilitación y mucho coraje, han hecho que El Cordobés pueda seguir haciendo lo que más le gusta en este mundo: torear.

Se le puede considerar como un paisano más de la provincia, pues aunque nació en Arganda del Rey, Madrid, su infancia transcurrió en el mar de olivos y volver a la provincia de Jaén siempre consigue traerle buenos recuerdos. “No nací aquí pero sí que tengo mucha familia en Huelma y también tengo mucha familia en Jaén capital. De pequeño viví mucho tiempo en la provincia de Jaén, tanto en Huelma como en la capital. Considero que mis raíces son de la provincia de Jaén, por tantos y tantos recuerdos que me unen a esta tierra”, señala.”

El próximo 8 de septiembre volverá a “su” tierra para torear en Villanueva del Arzobispo, donde compartirá cartel con Cayetano y Javier Cortés. “Villanueva es una plaza en la que he toreado en muchas ocasiones. Recuerdo que en Villanueva siempre he tenido suerte. Es una plaza que me trae muy buenos recuerdos y que en este año tan importante para mí, un año de reencuentro con los toros y que está siendo tan positivo, de cara a la temporada que viene, pisar esta plaza de toros es algo muy importante para mí. Estoy disfrutando mucho en todas las plazas y ojalá que en Villanueva surja también ese reencuentro y podamos darle al público una tarde importante”, sostiene.

Manuel ya no es ningún niño y ha pasado por diferentes etapas, tanto en su vida personal como profesional. El próximo año cumplirá 30 años de alternativa pero su pensamiento sigue siendo elevado y no se rinde. “Pienso que todas las personas evolucionamos y, sobre todo, en este mundo del toro, encontrar tu sitio, lo que realmente te gusta, poder hacer lo que sientes, sin deberte a las exigencias de cuando empiezas que marcan tu estilo y tu forma de torear, te lleva muchos años y tienes que acostumbrar al público a que te vea de una manera definida. Uno nunca debe perder su esencia y ser fiel a sus principios. Yo siempre he pensado que la gente te acepta porque te entregas como eres pero sí que es cierto, que durante estos años, he tenido tiempo para recapacitar un poco y ver dónde me gustaría encontrarme en esta reaparición. Hay momentos en los que ya puedo disfrutar de otra manera, sin esa presión de tener que ganarte los contratos cada tarde pero sin dejar a un lado la responsabilidad de que un público compra su entrada para verte. Hay que ir puliendo cosas y buscar cada día esa faena perfecta que nunca se hace porque es una faena que siempre la tenemos guardada en el tintero pero ojalá pronto pueda decir que he conseguido hacer mi faena soñada. Pienso que en este momento estoy evolucionando y buscando esa perfección”. La temporada avanza y El Cordobés sigue reencontrándose con su público y disfrutando del toreo y de todo el cariño que recibe del público que se entrega a la tauromaquia. “Los compromisos ahora los afronto con la misma ilusión que antes, el mismo respeto al público que paga su entrada pero buscando un disfrute, pues la vida me ha dado esta oportunidad después de la operación tan grande de ambas caderas. Tengo dos prótesis puestas, sufrí muchos dolores y aún así toreaba, tomando mucha medicación. Tuve que pasar finalmente por el quirófano, pensé que nunca más volvería a torear y gracias al esfuerzo de los fisioterapeutas, la medicina, el apoyo de mi familia que ha sido fundamental, sobre todo el apoyo de mi mujer, he podido cumplir el sueño de poder vestirme de luces, de nuevo”, señala sobre esta especie de “renacer” para el diestro.

Motivos que aúpan las ganas del torero por seguir en los ruedos y dar lo mejor de si, a sabiendas que con ganas e ilusión se puede llegar a mover el mundo cuando es necesario. “Por todas esas razones, en esta etapa afronto las corridas con otra ilusión. Es un regalo de la vida volver a vestirme de luces. Yo no podía dejar de torear y que una lesión me retirara del toreo. Así que disfruto de esta última etapa de mi vida, como torero, con esa ilusión de algún día poder colgar el traje de luces pero porque yo me quiera ir, no porque una lesión me hubiera retirado de la circulación y es todo eso lo que me motiva. Nunca ha tenido problema en torear con todos los toreros del escalafón y ahora, no iba a ser menos”, señala el diestro.

Ya es un torero veterano y por ello, la mayoría de las tardes, abre cartel pero la terna que componen en Villanueva, le ilusiona especialmente. “Torear con Cayetano es torear con un compañero con el que he compartido muchas tardes, nos tenemos un cariño especial porque yo con la familia Rivera siempre he tenido un vínculo muy grande desde que era novillero. Ya el difundo maestro Paquirri me ayudó bastante llevándome a tentaderos y me dio un cariño especial”, añade.

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