Maestro dentro y fuera del ruedo

La Sala Cajasur se llena de aficionados taurinos para aplaudir al torero

11 oct 2019 / 16:26 H.

Difícil nombrar a un grande del toreo como Tomás Campuzano y no pensar en las enormes corridas que ofreció a lo largo de sus 20 años en activo en grandes plazas como La Maestranza o Las Ventas, ante Miuras, Vitorinos y otras reses de gran renombre que, en parte, se hicieron grandes por su magnífica labor ante ellos. Se cumplen dos décadas desde que decidió colgar el capote, y por eso regresó a Jaén, donde ofreció su última corrida en Europa. La empresa Tauroemoción, dentro de los actos previos a la feria de San Lucas, decidió homenajearlo en coincidencia con el 40 aniversario de su toma de alternativa. La Sala Cajasur fue el lugar elegido para el acto, donde se congregó un amplio número de seguidores del mundo del toro para aplaudir a este gigante del toreo que tan buenas faenas ofreció a lo largo de su carrera.

Juan Espinosa, gerente de Tauroemoción, aunque en sus palabras se definió como un simple aficionado al arte del toro, fue el encargado de presentar el acto con un discurso en el que no ahorró en elogios hacia Tomás Campuzano.

“Cuando empezamos a preparar la programación había una actividad que tenía clara que no podía faltar, y es esta”, arrancó Espinosa, quien tuvo tiempo para echar la vista atrás hasta la primera Feria de San Lucas que pudo vivir cerca del albero y que siempre tendrá en el recuerdo: “Fue una feria ilusionante, de las primeras que viví íntegramente. Hubo momentos que siempre estarán escritos en las páginas doradas de la plaza de toros de Jaén, esas en las que, por supuesto, está Tomás Campuzano, que un 27 de octubre puso el boche de oro a la Feria con una gran faena que supuso su retirada de los ruedos en Europa. Es de justicia y reconocimiento tener este acto con él y para él hoy”.

La velada fue una conversación entre Luis Miguel Parrado, que ejerció de maestro de ceremonias y demostró durante toda la noche, una vez más, sus amplios conocimientos del mundo taurino, y Tomás Campuzano, quien hizo un recorrido por toda su vida, desde que era un niño que comenzó a criarse en el municipio sevillano de Gerena hasta que colgó el capote. No quisieron perderse la cita grandes nombres del mundo taurino, aunque no fue en persona, sino a través de mensajes en vídeo para hablar, siempre bien, porque no se entiende otra forma, del gran maestro de la noche, Tomás Campuzano, que se sinceró y contó anécdotas y revivió algunas de sus corridas más señaladas.

Esta figura taurina de las décadas de los 80 y 90 comenzó contando algo que nadie podría imaginar al ver su trayectoria: tenía pánico a los toros, aunque le picaba el gusanillo, y no fue hasta que su hermano mayor tomó la alternativa que decidió dar el paso.

Pocos toreros pueden presumir de comenzar y acabar cortando un rabo, pero Tomás Campuzano sí, porque es así de grande, dentro y fuera de los ruedos, como demostró al sincerarse de que la mayor satisfacción que logró durante sus años en activo fue el poder construirle una casa a sus padres con su luz corriente “y todo”.

No faltó su anécdota con Bilbao, donde tuvo que torear dos veces en cuatro días, con un paso por Madrid de por medio donde una espada se le clavó en el tobillo y le obligó a renunciar a uno de sus tres toros en la faena en la plaza de Vistalegre, aunque su amor por los toros, que siempre demostró, pudo más que una lesión que pudo acabar en gangrena. Porque es un grande.