Luisa Martín dará vida a “Malditos Tacones” en Peal de Becerro
La obra, protagonizada también por Olivia Molina, trata sobre el éxito de dos mujeres en la sociedad actual
LA ENTREVISTA
El próximo viernes, 14 de noviembre, en el Teatro Rafael Alberti de Peal de Becerro, se representa la función “Malditos Tacones”, protagonizada por Luisa Martín y Olivia Molina, tal y como informa Ana Lechuga. La obra, del autor Ignacio Amestoy y dirigida por Magüi Mira, es un texto palpitante que habla de dos mujeres que se enfrentan con el poder en sus manos. Buscan la verdad y encuentran la gran mentira. Dos mujeres de altura que calzan sus tacones de forma diferente. Dos supervivientes de hoy, que buscan el oxígeno imprescindible para recuperar la dignidad que habían perdido.
—¿Cómo describiría esta obra?
—Esta función retrata un enfrentamiento muy fuerte entre dos mujeres que han llegado a lo más alto en sus actividades profesionales y que nos demuestran lo mal que se puede llegar a utilizar el poder y el dinero en esta sociedad.
—El título es muy llamativo, ¿qué simbolizan los tacones?
—Simbolizan la esclavitud a la que nos someten a las mujeres, y la esclavitud a la que nos sometemos nosotras mismas pensando que tenemos más poder cuando estamos subidas sobre ellos. Son la imagen del poder, que necesita a veces bajarse de estos tacones y comprender a lo que nos somete.
—¿Con qué retos se ha enfrentado al representar a un personaje como Victoria Barton?
—Victoria Barton me ha llevado a muchos retos y a muchos placeres, porque es una mujer fascinante para interpretar, un personaje fantástico. Ha sido un camino difícil porque había muchos retos por delante; había una necesidad impuesta por la directora de incomunicación entre las dos actrices para que no se contaminaran los personajes. Ella tiene una forma de hablar, una forma de ser que yo he terminado diagnosticando como neurosis obsesiva. Es una mujer que tiene lo suyo. Las dos tienen lo suyo: dos mochilas que deben descargar. No sabemos muy bien a qué obedece este encuentro, por qué están las dos juntas, pero se va descubriendo a medida que avanza la función.
—¿Podría definirla en unos pocos trazos?
—Es una mujer muy inteligente, una mujer muy capaz, que se ha visto obligada a dirigir la empresa de la familia, y lo ha hecho brillantemente. Ha conseguido llevar a lo más alto a esa empresa, pero es una mujer también muy frágil que ha ocultado esa fragilidad porque ha recibido una educación muy británica, de no expresar los sentimientos y las emociones.
—¿Tiene algo Victoria de Luisa?
—Siempre. Todas las mujeres que interpretamos tienen algo de nosotras. A mi no me gusta que se me vea en el escenario, y respeto al personaje 100% para que el personaje sea puro; pero no puedes evitar aportarle algo de ti; lo que pasa que este lo que yo aporto a este personaje cosas de mí que poca gente conoce.
—¿Hay alguna escena, algún momento en la función que le emocione especialmente?
—La función es una sola escena, se desarrolla en un acto, que yo defino como un proyectil que se lanza y no para hasta que no explota al final. Una función que dura poco tiempo, aproximadamente una hora y diez minutos, y toda la función, desde que empieza hasta que termina, es una pura emoción; pero pura. No hay descanso, no hay respiro entre las dos; nos estamos midiendo cuando empieza la función, y a medida que va avanzando, las emociones no paran de brotar. Hay un momento, cuando ella me cuenta su vida más personal, que a mí me parece una emoción más concreta, pero tengo que decir que todo es una pura emoción. El público está sin respirar!.
—Frente a Victoria Barton, María García, alter ego de Olivia Molina. Háblenos de ella.
—Son dos vidas, dos éticas opuestas en una sociedad no diseñada para ellas. La gran Victoria Burton, matriarca de la saga de los Burton. Y María García, brillante abogada hecha a sí misma. Trabajar con Olivia es una fantasía. Estamos disfrutando tanto de subirnos al escenario juntas.... es una maravilla, es una actriz muy preparada, disciplinada, tiene muchas cualidades y muy positivas, y me ha encantado encontrarme con alguien súper puntual, súper, súper organizada, y eso algo que no es tan fácil. Encima del escenario, es un momento permanente de mirarnos a los ojos y comunicarnos entre las dos actrices y entre los dos personajes.